La solicitud de protección policial para los hijos de Meghan Markle, Archie y Lilibet, se ha convertido en un punto crítico en medio de la dinámica familiar de la realeza británica. Con la noticia del cáncer del rey Carlos III y el conmovedor anuncio de la propia Kate Middleton sobre su batalla contra la enfermedad, la atención se centra en la reina Camilla y el príncipe Guillermo, que asumen las responsabilidades reales mientras enfrentan sus propias luchas personales.

En este contexto, el príncipe Harry, distanciado de la familia real desde hace algún tiempo, podría regresar a Londres para asistir a un servicio especial en la Catedral de San Pablo el próximo 8 de mayo, con motivo del décimo aniversario de los Invictus Games. Estos juegos, iniciativa del príncipe Harry en colaboración con la difunta reina Isabel II, han sido una causa cercana al corazón tanto de Harry como de Meghan Markle.

La amenaza de Meghan: sin seguridad, no hay vuelta a Londres

Sin embargo, la presencia de Meghan y sus hijos en este viaje es incierta, y todo depende de la revocación de la decisión del Ministerio del Interior que niega a Harry el derecho a protección policial cuando esté en el Reino Unido. Según informes de ‘The Telegraph’, esta condición es crucial para que Meghan y sus hijos acompañen al duque de Sussex en su visita a Londres y puedan reencontrarse con su abuelo. La ex actriz de ‘Suits’ ha manifestado con determinación que no pondrá un pie en suelo británico a menos que se cumplan todas sus condiciones.

Una batalla legal en curso

La decisión del Comité Ejecutivo para la Protección de la Realeza y las Figuras Públicas (Ravec) en febrero de 2020 de retirar la protección financiada por fondos públicos a Harry cuando esté en el país, debido a su distanciamiento de la Familia Real, ha sido motivo de disputa legal. Los abogados de Harry han argumentado que esta decisión es "ilegal e injusta", señalando que Harry ha sido tratado de manera "menos favorable" y "señalado" por este cambio en el nivel de su seguridad personal.

La preocupación principal de Harry radica en la seguridad de sus hijos, Archie y Lilibet, que, según él, no pueden sentirse como en casa en el Reino Unido si no cuentan con protección adecuada. En una declaración escrita, Harry expresó su pesar por haberse visto obligado a dejar el país en 2020, enfatizando que el Reino Unido es su hogar y parte fundamental de la herencia de sus hijos.

El reciente fallo del juez del Tribunal Superior, Sir Peter Lane, que respaldó la decisión de Ravec, ha sido recibido con desacuerdo por parte de Harry. Sin embargo, a pesar de este revés legal, Harry ha anunciado su intención de apelar la decisión. La tensión entre Harry y la Familia Real parece estar lejos de disiparse, con el tema de la protección policial emergiendo como un punto de conflicto adicional en una relación ya tensa.

La demanda de Meghan Markle de seguridad para sus hijos o la renuncia a viajar a Londres plantea preguntas importantes sobre el futuro de la relación entre el príncipe Harry, Meghan y la Familia Real británica. Con la atención del público puesta en este drama real, queda por ver cómo se desarrollarán los eventos y si se logrará algún tipo de acuerdo que satisfaga a todas las partes involucradas.