La cuenta atrás de la famosa boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (48 años), con una joven aristócrata como Teresa Urquijo (27), es como un huevo kinder infinito, lleno de sorpresas. Todas ellas hacen referencia a la lista de invitados y, especialmente, a la enorme y creciente lista de Borbones que han confirmado su asistencia al bodorrio. Juan Carlos y Sofía, Elena y Cristina, los Zurita y los Gómez-Acebo, Victoria Federica y, como intuíamos, Froilán. Estos dos últimos fichajes ponen la sal, la pimienta y la guindilla a la cita, especialmente a partir de determinadas horas y cierto nivel de euforia. En todo caso, para acabar de pasar lista, solo restan Felipe, Letizia y sus hijas Leonor y Sofía, aparte de la rama Urdangarin. Pero todos ellos quedan prácticamente descartados por varios motivos. Sea como sea, el cónclave será descomunal.

¿Por qué esta afluencia masiva de Borbones a la boda del alcalde pepero? Porque la novia es de su sangre: es nieta de una prima del emérito, Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma. Además, influyen factores como la mudanza oficiosa de Juan Carlos en Ginebra, acortando la distancia en horas de vuelo para sus incursiones en España. Y ya se sabe que, allí donde va el emérito, se apunta toda la tropa. Juancar vive de homenaje en homenaje, aprovechando el rush final de su existencia. Homenajes que a los españolitos les sale por una pasta, pero a quién le importa ya eso, ¿verdad? La monarquía española ha disfrutado siempre de una barra libre escandalosa. Hecho que, este sábado 6 de abril, volverá a demostrarse en Madrid.

Almeida Teresa Urquijo GTRES
José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo / GTRES

500 invitados verán cómo el solterón Almeida cambia finalmente de estado civil. Bien, 500 y algunos más, porque la presencia borbónica llega con una compañía numerosa, armada y organizada militarmente. 3 pelotones de guardaespaldas velarán por la seguridad del emérito, informa 'Monarquía Confidencial'. Se trata del equipo de escoltas habitual del exrey autoexiliado y que le acompaña en Abu Dabi (así como en sus desplazamientos habituales) y de dos grupos más de guardias civiles que cumplen con tareas de protección cuando visita Sanxenxo o Vitoria-Gasteiz.

Juan Carlos en el coche efe
Juan Carlos / EFE

Que José Luis Martínez-Almeida vaya llamando al catering de 90.000 € que ha encargado para la ocasión, porque tendrá que aprovisionar raciones de rancho extra para la tropa desplazada. Sí, porque entre el dispositivo de seguridad carísimo del emérito y el resto de guardaespaldas que se ocupan del resto de la saga royal, la iglesia de los Jesuitas, primero, y la finca familiar de la novia, después, darán miedo. Madrid, militarizado. Ya solo falta que Felipe acabe pasando por la zona para redondear la cosa y, en vez de un bodorrio, que aquello sea la Academia General Militar de Zaragoza. La España más rancia se va de boda. Y se tienen que proteger de la plebe, siempre tan peligrosa. La pregunta es: ¿quién nos protege a nosotros?

Felipe Juan Carlos GTRES
Felipe y Juan Carlos / GTRES