La imagen de Juan Carlos I ha quedado totalmente dañada, imposible de recuperarla. Letizia y Felipe se han distanciado de todos los miembros de la familia real para salvar la corona. El emérito se ha visto envuelto en juicios por fraude fiscal, caza ilegal y con una importante colección de amantes. Cuando quedó libre de todos los cargos, David Fernández y José María Olmo sorprendían a todos con la publicación de ‘King Corp’, el libro que se sumerge en el imperio nunca contado del emérito.
Juan Carlos I se ha encargado toda la vida de financiar todos los gastos de su familia, incluso de sus nietos. Ha pagado todos los prestigiosos colegios en los que han estudiado cada uno de ellos, menos Leonor y Sofía. Solo a los de la infanta Cristina y a los de la infanta Elena. Precisamente, Froilán y Victoria Federica disponían de unas tarjetas Black que usaban a su antojo.
Los periodistas explican que los amigos de Juan Carlos intentaron parar la publicación del libro, pero aún con las amenazas continuaron adelante. Alguien del entorno del marido de Sofía les ofreció una cantidad millonaria para que no viese la luz.
“Él, durante muchos años, recibió comisiones de empresas españolas por conseguirles contratos fuera y operaciones de las que participaba en el Estado, y estuvo trabajando de relacionista público de petroestados, sobre todo tiranías de la península arábiga, intentando convertirlas en naciones homologables por más que no respetaran los derechos humanos. Eso le reportó muchísimos beneficios, que le permitieron mantener un tren de vida que, obviamente, no podía cubrir con la asignación de los presupuestos, y para eso desarrolló todo un conglomerado empresarial que tenía diferentes secciones, que le gestionaban los vuelos privados, los relojes, las cacerías, los coches de lujo, el dinero oculto en Suiza…”, comenta José María Olmo en una entrevista para Naiz.
Allen Sanginés-Krause se convirtió en el testaferro de Juan Carlos I
El mexicano Allen Sanginés-Krause era un magnate que había tenido paso por la banca y que había decidido donarle dinero a Juan Carlos. Ahora mismo se encuentra siendo investigado en un juzgado de Barcelona por entregarle al médico del rey, Manuel Sánchez Sánchez, 1,3 millones de euros mediante falsas ampliaciones de capital. Una vez abdicó y perdió la inviolabilidad, el padre de Felipe designó al mexicano como su testaferro, de esta forma dio a entender que ese dinero no eran donaciones sino dinero propio del emérito.
José María Olmo revela que Froilán y la infanta Elena también recibieron dinero de este mexicano. Hicieron ver que era una donación, pero no era más que bloqueo de capitales. Algo que debería investigar la fiscalía, pero lo ha olvidado por completo.