La infanta Elena siempre ha estado bajo la mirada pública. Hija mayor de Juan Carlos I y Sofía, ha representado a la Corona en muchos actos. Pero también ha vivido momentos más discretos. Uno de ellos tiene que ver con su situación económica.

Desde hace años, Elena recibe una pensión mensual. No es un sueldo oficial. Tampoco una asignación del Estado. Es un ingreso que proviene directamente de su padre, el rey emérito. Y no es un gesto reciente. Todo comenzó por un problema detectado en la adolescencia.

infanta Elena
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La infanta Elena y su adicción a las compras

Según fuentes cercanas, cuando era joven, Elena empezó a mostrar un comportamiento compulsivo con las compras. Su entorno detectó que gastaba dinero de forma constante. En especial, en productos de belleza y bienestar. Su gran tentación: la teletienda.

Durante sus noches en Zarzuela, se pasaba horas viendo anuncios. Terminaba comprando artículos sin necesidad real. Era una forma de llenar vacíos. Productos para perder peso rápido. Cremas. Aparatos para tonificar el cuerpo. Todo aquello que ofrecía resultados 'mágicos'.

Este patrón de comportamiento preocupó a la familia. Se convirtió en un hábito diario. Y resultó difícil de controlar. Los intentos por detenerlo no funcionaron. Juan Carlos decidió entonces intervenir. No solo como padre. También como jefe de familia.

Joan Carles i la infanta Elena / GTRES
Juan Carlos y la infanta Elena / Gtres

Juan Carlos I asigna una paga vitalicia a la infanta Elena para garantizar su bienestar económico

Tomó la decisión de establecerle una pensión vitalicia. El objetivo: evitar que siguiera tomando decisiones financieras impulsivas. Esta pensión le daría una base estable. Un respaldo mensual con el que cubrir sus gastos sin caer en excesos.

Elena no ha destacado nunca por su gestión financiera. Nunca aprendió a ahorrar. Ni a planificar a largo plazo. La pensión le ha permitido vivir con cierta tranquilidad económica. Pero también ha generado críticas.

Algunos la ven como una muestra más de la dependencia económica de ciertos miembros de la familia real. Otros creen que impide su desarrollo personal y profesional. No ha trabajado de forma constante. Y su rol institucional se ha reducido.

Sin embargo, desde dentro, la medida se defiende. Se considera una solución médica y familiar. Un modo de proteger a Elena sin exponerla. Según estas voces, la pensión no es un lujo, sino una medida preventiva. Durante años, esta realidad se mantuvo en silencio. Pero poco a poco han salido detalles. No es una situación nueva. En la Casa Real, muchas veces se han manejado asuntos personales lejos del foco mediático.