La familia real española atraviesa uno de sus momentos más delicados. La publicación de las nuevas tensiones familiares. Concretamente, entre Felipe VI y su hermana, la infanta Elena. Llevan más de un mes sin hablarse.

El libro, anunciado por la editorial Planeta, promete mostrar “la parte privada de una vida pública”. Y según el propio Juan Carlos I, está escrito “a corazón abierto y sin concesiones”. El rey emérito lo justifica en el prólogo con una frase reveladora: “Siento que me roban mi historia”. En él narra su paso por los dos exilios que han marcado su vida: el obligado en Estoril y el ‘voluntario’ en Abu Dabi, donde reside actualmente. Además, aborda sin filtros tanto sus errores personales como su participación en la transición democrática española. Vamos, que viene a explicar lo que le interesa y cómo le interesa.

'Reconciliación', Joan Carles I
'Reconciliación', Juan Carlos I

Felipe VI cree que el intento de redención de Juan Carlos I puede ser contraproducente

En cualquier caso, esta obra no ha sido bien recibida por Felipe VI, quien teme que la publicación termine dañando aún más la imagen de la monarquía, ya de por sí tocada por los escándalos del pasado. Para el actual monarca, la decisión de su padre de publicar sus memorias responde a un intento de rehabilitación personal, pero que podría tener un efecto contraproducente en la opinión pública, aumentando la animadversión hacia los borbones ya existente en España.

En el extremo opuesto está la infanta Elena, quien ha sido siempre la gran defensora del rey emérito. A lo largo de los años ha mostrado una lealtad absoluta hacia su padre, respaldándolo incluso en sus episodios más controvertidos. Desde los casos de malversación de fondos hasta las continuas humillaciones públicas a su madre, la reina Sofía. De hecho, Elena ha sido una de quienes más ha animado al monarca a contar su versión. Aunque sea todo una mentira maquillada.

Joan Carles i la infanta Elena / EP
Juan Carlos y la infanta Elena / EP

Ruptura entre Felipe VI y la infanta Elena

Esta diferencia de criterio ha fracturado la relación entre los hermanos. Las diferencias, que ya eran notables en privado, se han agudizado hasta el punto de cortar la comunicación por completo. Ni llamadas, ni mensajes, ni encuentros familiares. En la Zarzuela, algunos aseguran que el distanciamiento podría prolongarse si la tensión en torno al libro continúa creciendo.

Mientras tanto, Juan Carlos I sigue ultimando los detalles de su obra, ajeno al terremoto emocional que ha causado en su entorno más íntimo. En el crepúsculo de su vida, el emérito parece más decidido que nunca a dejar su legado por escrito, aunque el precio sea dividir a su propia familia. Como siempre, solo pensando en él mismo.