Este domingo, Carlitos Alcaraz hizo historia al proclamarse campeón de Wimbledon con solo 20 años. Hasta Londres se desplazó el rey Felipe, que abrazó y bromeó al tenista murciano. En cambio, quien no fue a dar apoyo al tenista fue la reina Letizia, que pasa olímpicamente del tenis, ni sus hijas Leonor y Sofía. A la pequeña le gustan los deportes, pero especialmente el fútbol, donde ya la hemos visto en el palco de la final de la Copa del Rey o dando apoyo a la selección española. A la mayor parece que los deportes le lamen un pie. Ninguna de ellas estaba en el All England Lawn Tennis Club, pero en cambio, donde sí que estaban las jóvenes era viendo en directo, precisamente, a un cantante inglés: Harry Styles.
Aquí vemos al exlíder de 'One Direction' en pleno concierto apoteósico en Madrid, una de las etapas de su exitosa gira que días antes lo llevó a Barcelona, donde se batió el récord de personas esperando más tiempo en la puerta para entrar los primeros, con gente que hacía cola desde hacía un mes. El autor de As it was despierta pasiones. Sus fans, que se cuentan por millones, van locas por él. Y entre ellas, las dos chicas Borbón, encantadas de la vida de ver cómo su ídolo se envolvía en una bandera rojigualda del país que reina papi, tal como ven en la imagen anterior. La princesa Leonor y la infanta Sofía fueron dos de las 80.000 personas que lo fueron a ver el pasado 14 de julio al concierto que el cantante dio en el recinto Iberdrola Music en Villaverde, dónde ofreció sus éxitos y las canciones de su disco más reciente, Harry's house.
Revela El Español que las dos hijas de Felipe y Letizia "abandonaron Zarzuela por unas horas para desplazarse hasta el sur de la capital y ver a su ídolo". Y no era la primera vez. Antes también se dejaron caer por el concierto que dio Styles hace tiempo en el Wizink Center de Madrid. No era, por lo tanto, la primera vez que veían en directo a su ídolo, pero sí fue la primera vez que lo vieron en directo... y muy de cerca. ¿Por qué? Porque según explica el citado medio, tuvieron "la suerte de estar muy cerca de él. Y es que las jóvenes pudieron acceder un rato al camerino de la estrella inglesa". ¿Y qué hicieron allí?: "estuvieron conversando animadamente". Casa Real, como siempre hacen, calladitos. Zarzuela, tan hermética como siempre, y más con las dos hermanas, intentó que no trascendiera ninguna imagen del momento y que la gente no se diera cuenta de ello... Pero alguien sí que lo hizo.
"Algunas personas se percataron de su presencia cuando, en medio de una cola para entrar al recinto, aparecieron tres coches blindados y escoltados con la máxima seguridad". Y es que eso fue lo que más indignó. Y es que las medidas de seguridad, y el acceso al concierto, fueron un poco caóticos. Esta explicación de una fan es el mejor resumen: "la organización del evento fue desastrosa. Colas de kilómetros de gente al sol, sin agua, en medio un polígono de naves industriales. Los bomberos gracias a que rociaban a la gente con agua de vez en cuando pero no en todo el circuito de la cola. Sin baños para la gente q estaba en cola. Pelotera que se formó cuando abrieron puertas ya que nadie sabía por dónde acceder". Y claro está, con este panorama, ver cómo las hijas del rey entraban porque yo lo valgo, acabó de encender algunos ánimos:
Mientras dos niñas se desmayaba a mi lado en la cola para ver q Harry Styles en Madrid, tras horas de cola al sol, han llegado 3 coches blindados y escoltados directos al recinto. Las infantas Sofía y Leonor, no tengo pruebas pero tampoco dudas. Abajo la monarquía. El panorama: pic.twitter.com/IHKnGjZ7KN
— Lucía Ros Sierra (@caoticalucie) July 14, 2023
En su hit (que cerró el concierto), As it was, Styles canta, en el estribillo: "In this world, it's just us. You know it's not the same as it was" (En este mundo, solo estamos nosotros. Ya sabes que no es lo mismo que era)... Harry se equivoca. Porque la monarquía ha sido, es y será siempre lo mismo: unos jetas. Un trato de favor evidente. Leonor y Sofía, haciendo jijijaja en el camerino de Harry Styles y fuera, colas kilométricas de gente, solana, desmayos por el calor, mala organización y caos... Todo en orden.