Más de cuatro meses lleva la princesa Leonor embarcada en el Juan Sebastián Elcano. De ruta desde el pasado 11 de enero en el buque escuela, está realizando una travesía de 17.000 millas, pasando por 8 países. Después de Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas y Valparaíso (Chile), El Callao (Perú), Ciudad de Panamá, ahora ha sido el turno de Colombia. Desde el 9 de mayo, Leonor ha visitado Cartagena de Indias y Santa Marta, antes de poner este miércoles rumbo a Santo Domingo (República Dominicana), donde estará entre el 19 y el 24 de mayo.

Desde el inicio, Leonor ha tenido que enfrentarse a varios desafíos. A diferencia del resto de los guardiamarinas, no contaba con experiencia previa en navegación ni participó en entrenamientos náuticos en su juventud. Esta falta de base técnica ha influido en su adaptación al exigente ritmo del barco.

Leonor en Valparaíso
Leonor en Valparaíso

Los mareos de Leonor persisten a bordo del Juan Sebastián Elcano

Además, ha sufrido cinetosis, una afección frecuente en marineros noveles que provoca mareos, náuseas y vómitos constantes. A estos problemas se han sumado varios episodios de malestar digestivo y caídas menores que han obligado a la oficialidad a retirarla de las guardias nocturnas e incluso a mantenerla en observación en su camarote durante ciertos tramos de la navegación.

Aun así, la heredera intenta seguir el ritmo al resto. Leonor no recibe ningún trato de favor respecto al resto de sus compañeros. Así lo han querido Felipe VI y Letizia. No obstante, una parte de esta convivencia con sus compañeros también le ha traído algún problema: las quejas por los ronquidos de la princesa durante las noches.

Elionor a Panamà
Elionor en Panamà

Los ronquidos no dejan dormir a los guardiamarinas

Según fuentes vinculadas al entorno del buque, algunas compañeras han solicitado no compartir camarote con Leonor debido a sus fuertes ronquidos, que interrumpen el descanso colectivo.

El origen de este inconveniente estaría en una deformidad nasal hereditaria que dificulta la correcta respiración nocturna. Esta condición no es desconocida para la reina Letizia, quien se sometió hace años a una operación para corregir un problema similar y que, según allegados, ya habría consultado la posibilidad de que su hija también se someta a una intervención quirúrgica cuando finalice su formación militar.