El sueño de los duques de Sussex de construir un emporio mediático en Estados Unidos parece desmoronarse. A cinco años de haber firmado un contrato de 100 millones de dólares con Netflix, la plataforma de streaming ha decidido no renovar el acuerdo que convirtió al príncipe Harry y Meghan Markle en productores estrella. Según fuentes cercanas a la compañía, esta decisión responde a una caída estrepitosa de audiencia en sus últimos proyectos y a un cambio en la estrategia de contenidos de la plataforma.

Mientras su docuserie Harry & Meghan se convirtió en un fenómeno global en 2022, otras producciones como Heart of Invictus, Live to Lead y la serie sobre polo apenas generaron interés, quedándose con cifras que, para una plataforma de alcance mundial, resultan decepcionantes. Incluso With Love, Meghan, su apuesta de estilo de vida y cocina, pasó de prometer millones de espectadores a luchar por mantenerse entre los programas relevantes.

Harry y Meghan en crisis: caída de audiencia y contratos rotos

El declive mediático de los Sussex no es una sorpresa para los analistas de la industria. Tras la fuerte exposición que generó su salida de la realeza británica, el interés del público ha disminuido a medida que sus producciones se alejan del escándalo y se centran en temas más personales. Su serie sobre polo, por ejemplo, apenas logró medio millón de espectadores, una cifra que dista del éxito inicial de su primera docuserie.

Netflix, que actualmente apuesta por colaboraciones puntuales en lugar de contratos multimillonarios, ha decidido prescindir de acuerdos a largo plazo. Para la plataforma, los Sussex ya han entregado su máximo valor mediático, y seguir invirtiendo grandes sumas en proyectos con rendimiento irregular supone un riesgo financiero innecesario. La decisión deja a la pareja en una posición complicada, sobre todo tras haber perdido su contrato con Spotify en 2023 por baja productividad.

El declive mediático de los duques de Sussex podría arrastrarlos a una crisis económica

El fin del contrato con Netflix, previsto para septiembre de 2025, podría poner en peligro el estilo de vida de los Sussex. Según allegados, gran parte de sus ingresos dependía de este acuerdo, lo que les permitía costear su mansión de 29 millones de dólares en Montecito, una propiedad que requiere una plantilla de empleados permanente y gastos mensuales que ascienden a cifras astronómicas. Sin estos contratos millonarios, algunos expertos especulan que la pareja podría verse obligada a vender activos o renegociar deudas para sostener su nivel de vida.

Aunque no se descarta que Netflix continúe trabajando con ellos en proyectos aislados, al estilo del acuerdo que mantiene con la productora de Barack y Michelle Obama, lo cierto es que el aura de invulnerabilidad de los Sussex se desvanece. Lo que en 2020 parecía el inicio de una carrera mediática imparable hoy luce como el comienzo de una etapa de ajustes financieros y, quizá, de nuevos escándalos. Si algo ha demostrado la historia reciente de Harry y Meghan es que su capacidad de generar titulares no ha terminado. Sin embargo, con el respaldo de Netflix tambaleando y la industria del entretenimiento priorizando contenidos de alto impacto, la “era Sussex” podría estar enfrentando su capítulo más crítico hasta la fecha.