El reloj biológico de Carlos III avanza sin tregua, y con él, la necesidad urgente de cerrar heridas que han desgarrado a la Familia Real británica durante más de cinco años. Aquejado por un cáncer que no remite, el soberano habría dado el primer paso para acercarse a su hijo menor, el príncipe Harry, antes de que sea demasiado tarde. Según revelan fuentes próximas al Palacio de Buckingham, el monarca no quiere partir de este mundo sin haber sellado la paz con el duque de Sussex, cuya relación ha sido casi inexistente desde su abrupta salida de la institución en 2020.

Según revelan fuentes cercanas al palacio de Buckingham, las alarmas sobre la esperanza de vida del monarca se han disparado en los últimos meses. Aunque públicamente se ha intentado mantener la compostura, el diagnóstico no ha mejorado y Carlos III sabe que el tiempo corre en su contra. Fue esta realidad la que lo llevó a dar luz verde a una reunión secreta entre sus representantes y el equipo de Harry, en un intento por iniciar un proceso de reconciliación.

Primer acercamiento secreto en Londres: ¿el inicio de un acuerdo emocional?

El encuentro, que se desarrolló de forma discreta en la Royal Over-Seas League de Londres, no contó con una agenda formal, pero sí con intenciones claras. Por parte del rey, asistió su secretario de comunicaciones, Tobyn Andreae. En representación de Harry estuvieron su directora de prensa, Meredith Maines, y el responsable de relaciones públicas del duque en Reino Unido, Liam Maguire.

Aunque no se emitieron comunicados oficiales, las filtraciones indican que fue un intercambio cordial, acompañado de unas copas, y centrado en temas que “ambas partes querían tratar”. Fuentes consultadas por medios británicos como Hello! y The Mail on Sunday aseguran que “no ha habido ningún canal de comunicación abierto durante mucho tiempo, pero ahora lo hay, por lo que este podría ser el comienzo de tiempos mejores", afirman. Además, añaden: "Por fin ha llegado el momento de que ambas partes dialoguen".

Tensión entre Harry y Carlos III: una herida abierta que podría cerrarse a tiempo

El duque de Sussex ha sido durante años la figura más polémica de la Casa Windsor. Desde su huida a Estados Unidos junto a Meghan Markle hasta sus explosivas declaraciones sobre los entresijos palaciegos, el hijo menor de Diana ha sido el protagonista de un distanciamiento emocional y mediático que parecía irreversible. Pero todo ha cambiado. Ahora, con la salud de Carlos III pendiendo de un hilo, el panorama se ha teñido de urgencia.

La reciente intención de Harry de invitar a su padre y a su hermano, el príncipe Guillermo, a los Juegos Invictus 2027 en Birmingham, ha sido interpretada como un gesto de paz. Y aunque no se ha confirmado si los royals aceptarán la invitación, la simple mención ya alimenta la esperanza de una posible reunificación simbólica. Todo indica que el tiempo apremia, y el rey no quiere llevarse a la tumba el peso de una familia fracturada.

Fuentes cercanas al entorno real revelan que Carlos III teme morir sin ver reconciliados a Harry y Guillermo. La enfermedad lo ha hecho más reflexivo, más humano, y más consciente de que los años de silencio han sido tan dañinos como las palabras cruzadas. “Todos quieren seguir adelante”, se ha filtrado desde los pasillos del Palacio, como una suerte de consigna que apunta a una posible tregua.