Felipe VI intenta desvincularse de la imagen de Juan Carlos por una razón de peso. El monarca no puede perjudicar su reinado, así que lo mejor que puede hacer es seguir las indicaciones de Letizia por mucho dolor que sienta. El emérito cuanto más lejos mejor. Lleva casi tres años residiendo en Abu Dabi y no se esperaba que vuelva de forma permanente, ya que siempre que aparece en España se pone en el foco mediático y le salpica un turbio asunto. Ahora han sido los periodistas David Fernández y José María Olmo quienes se han encargado de destapar algunos de los episodios más oscuros del exmonarca.

El marido de la reina Sofía estaría implicado en un procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona, que se encarga de investigar una ampliación de capital de 1,3 millones de euros dirigido contra el exbanquero mexicano Allen Sanginés-Krause y Manuel Sánchez Sánchez, el médico personal de Juan Carlos. Se ha destapado este fraude vinculado con el exmonarca a partir de dos correos electrónicos. Felipe VI, acorralado. Este hecho habría sucedido tras su abdicación, así que habría perdido su inmunidad.

Juan Carlos en el coche efe
Juan Carlos en el coche efe

Juan Carlos I envuelto en una nueva polémica, patrimonio opaco 

Tal y como detalla esta misma semana El Confidencial, el pasado 3 de noviembre de 2014, Juan Carlos I mantuvo una cita privada con Pepe Fanjul, un magnate cubano con el que siempre ha mantenido una excelente relación, con ellos también estaba el exdirectivo de Goldman Sachs Sanginés-Krause. Todo sucedió en un hotel de Londres. El entonces monarca le quiso encargar a Sanginés-Krause el control y la gestión del dinero oculto del emérito. Tan solo dos días después, Fanjul traicionó al padre de Felipe enviando los dos famosos correos electrónicos a Corinna Larsen, la examante del marido de Sofía.

Juan Carlos I y Assir
Juan Carlos I y Assir

En el primer correo Fanjul le explicó a Corinna que Juan Carlos le había pedido que se ocupase de su patrimonio opaco. Él no quiso hacerse cargo para evitar problemas. “Él tiene que encontrar un sucesor que se encargue de manejar todas las futuras transacciones y estructuras", explicó Fanjul. En el segundo correo, solo unas horas más tarde, le desveló quien se encargaría finalmente de esa misión.

Todas esas transacciones que estaban vinculadas a Sanginés-Krause pertenecen realmente a Juan Carlos I. Ya no pesa ningún cargo sobre él, pero se le podría abrir un nuevo frente. Felipe VI no sabe donde esconderse. Su padre y su todavía yerno vuelven a poner a Casa Real en jaque. Casa Real ha intentado evitar la publicación del nuevo libro de David Fernández y José María Olmo, pero le ha sido imposible, ni con amenazas.