Una de las dudas que más preocupaban a los monárquicos los últimos días era saber qué pasaría con la hija pequeña de los reyes. Así como la mayor, Leonor, por su condición de princesa, de heredera y de ser alguien más obediente, estaba claro que haría lo que dirían sus padres, había quien pensaba que la pequeña, la infanta Sofía, con más carácter, se saldría con la suya y haría claudicar (metafóricamente hablando, no se pongan nerviosos) a los monarcas, especialmente a su padre, a la hora de decidir qué tiene que hacer. Pero finalmente el rey ha conseguido lo que quería y la joven Borbón estudiará lo que él quería que estudiara.

Así como Leonor tiene marcado que el próximo año continuará con su formación marcial en el ejército, ahora en el aire, en la academia de Murcia, había que ver qué pasaría con la hermana pequeña después de haber estado fuera dos años estudiando bachillerato en el internado de Gales. Y la cosa no ha sido fácil de decidir. De hecho, podríamos decir que las voluntades suya y de sus padres estaban bastante contrapuestas, que cada uno quería una cosa y finalmente, ha habido una especie de pacto, de satisfacer a los dos bandos por igual, todo y que quien más contento estará será Felipe. ¿Por qué? Porque ha conseguido que su hija estudie lo que él quería que estudiara.

La joven tenía claras tres cosas: no quería hacer carrera militar como su hermana, quería hacer los estudios fuera de España y quería hacer medicina. Al final, 2 de 3. Pero la más importante, la carrera en cuestión, no será la que ella ha querido. Según el diario más monárquico, La Vanguardia, había una carrera que le está totalmente prohibida a Sofía: la más altruista, vocacional y maravillosa: Medicina. "Se sabe que le gusta la ciencia y la tecnología, las relaciones internacionales, los proyectos de cooperación y la música. Tiene libertad para elegir materias que le formen académicamente pero, por ejemplo, no podría estudiar medicina porque ejercer de médico no es una opción", escribía Mariángel Alcázar. Y es que Casa Real ya ha decidido que mientras la hija mayor sea, esperan, reina algún día, Sofía no podrá buscar trabajo en el mercado laboral, ni ser colocada por su padre en una empresa privada. Un Felipe que quería que la niña estudiara Derecho o Relaciones Institucionales. Como así será.

La infanta hará el grado de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, que le lame un pie, ante la negativa de su padre a hacer lo que ella querría en realidad. Pero como mínimo ha conseguido ser el primer miembro de la familia real que estudiará su carrera universitaria en el extranjero. Porque en septiembre empezará sus estudios en el Forward College, una institución internacional con campus en Lisboa, París y Berlín, las tres capitales europeas, donde estudiará los tres próximos años, y una institución, también afiliada a la London School of Economics. Sofía, pues, hará como su tía Cristina, que estudió lo mismo en la Complutense de Madrid. Una elección que ha provocado malestar en Zarzuela y largas charlas. Como dicen en Vanitatis, "La elección no ha sido inmediata ni sencilla. Ha sido una decisión difícil, tomada tras un debate muy largo entre los Reyes y la infanta. Aunque Sofía ha tenido libertad para decidir, la opinión de don Felipe y doña Letizia ha pesado mucho”... Un eufemismo para decir que la decisión de sus padres es la que ha ido a misa.