No nos imaginamos verano más aburrido y pesado (por mucho que lo tengan todo regalado) que el de la familia real en Palma. El paripé tradicional que se repite cada año en Marivent, y las vacaciones idénticas año tras año de los Borbones en las Baleares, son una costumbre que no por el hecho que se haga cada año significa que les apetezca. Cuando menos, a algunos de los miembros de la familia. Felipe está encantado de la vida de ir hacia allí, saludar al personal y marcharse día sí día también al puerto, dispuesto a pasar la jornada navegando con sus amigotes y sin la familia. A su mujer Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía, les lame un pie eso de ir de regatas, aunque el rey se encuentra en su salsa cada vez que sube a bordo del barco.

La familia real, en Marivent X
La familia real, en Marivent / X
DL u588707 014
Felipe, en Palma de vela con amigos GTRES

Aquí les tienen, Felipe, Letizia, Leonor, Sofía y Sofía, plantados esperando saludar a las autoridades baleares, haciendo el mismo posado de cada año. Una imagen que las dos hijas están hartas de repetir año tras año. Están hasta el gorro de hacer cada verano lo mismo, y aunque después se han marchado unos días a un destino secreto, querrían que sus vacaciones fueran en un lugar diferente. Por eso, este año han plantado cara a su padre, tal como revelaba Pilar Eyre. Detrás de las sonrisas hipócritas y los posados oficiales, se está manteniendo una "batalla silenciosa" desde hace tiempo, dicen en Monarquía Confidencial, que podría redefinir el verano de los Borbones. Una batalla donde hasta ahora Letizia se sentía sola, pero que ahora tiene el apoyo de la princesa y la infanta.

DL u588700 004
Felipe y Leonor, en Palma GTRES

Dicen que las dos jóvenes están hartas de "su agenda encorsetada y sus salidas medidas", que ya no tienen ilusión por pasar los días de verano allí, que buscan planes alternativos y menos ligados a obligaciones institucionales, que se les ha acabado la paciencia y que "en las últimas apariciones públicas en Palma, la tensión ha sido palpable". Con Felipe en las regatas, y con su mujer mostrando "gestos de impaciencia", según Pilar Eyre las hijas están "aburridas" de Mallorca, donde solo hacen actividades institucionales y culturales, que "no compensan la falta de amigos en la isla ni su escaso interés por el mar". Se sienten prisioneras, donde el verano es más una obligación que un descanso. Y han dicho que ya es suficiente de este color. Han planteado un ultimátum, dos alternativas para el próximo año: Santander o Galicia (opción que hace refunfuñar a Felipe, por el vínculo de aquella tierra con su padre Juan Carlos, con quien no tiene nada de ganas de coincidir).

Juan Carlos sonriente en Sanxenxo / EFE
Juan Carlos sonriente en Sanxenxo / EFE

"La presencia del rey emérito en Sanxenxo durante los veranos sería un foco de tensión para Letizia". Una Letizia que está harta de Marivent, no solo por aburrimiento, sino también porque el palacio mallorquín está muy ligado a la figura de su querido suegro. "Romper con Mallorca sería, para Letizia, un gesto simbólico de independencia". Y la guinda, el citado medio explica que aunque en este tema las tres mujeres de la familia real se han puesto de acuerdo, han unido fuerzas, no significa sin embargo, que reine la armonía. Y es que el carácter de la reina ha provocado piques con sus hijas, "especialmente por sus salidas nocturnas y su vestimenta. Letizia impone estilos que no encajan con la edad ni la personalidad de Leonor y Sofía, lo que añade una tensión adicional"... ¿Veremos a la familia real el próximo año en Palma?