La muerte de Víctor Manel de Saboya, jefe de la inexistente casa real italiana, ha desatado una guerra intestina por la sucesión. El botín no es una corona, tampoco un reino. Italia no quiere saber nada de monarquías. Aquí de lo que se trata es de los derechos dinásticos, de una cuestión de ego, honor, prebendas e ínfulas. También dinero, eso que no falte. Un cóctel explosivo, capaz de provocar una batalla despiadada y giros copernicanos. El primo problemático de Juan Carlos de Borbón ha transmitido su ADN sobre sus descendientes, la cosa arde y da la impresión que la solución no será amistosa.

Meses antes del fallecimiento de Víctor, su hijo y heredero legítimo, Emmanuel Filiberto, abdicó de sus derechos, cediéndolos a su hija de 20 años. Un personaje singular, por cierto. Es Victoria, la auténtica princesa influencer. Tiene menos seguidores que Victoria Federica, pero mucho más glamur. Victoria arrasa con sus fotos de moda, lleva el estilo italiano (el bien entendido, no la cursilería típica) en la sangre. Y comparten algo: nunca ocuparán trono alguno. Las posibilidades de la italiana residente en París son inexistentes; las de la hija de Elena, tan escasas que solo una carambola macabra podría obrar el milagro. 


La revista 'Lecturas' recuerda las palabras del padre Emmanuel, justificando la decisión de abdicar: "Voy a hacerme a un lado y a dejar a una mujer situarse en el foco. Estoy seguro de que lo hará mejor que yo. Encuentro esta decisión muy justa y moderna. En Europa, habrá más reinas que reyes en el futuro. Todo el mundo se da cuenta, aunque quizá un poco tarde, de que la inteligencia y la sensibilidad de las mujeres con responsabilidades pueden ser maravillosas". Le quedó niquelado, aunque hablaba de reinos inexistentes, y al final ha reculado de manera abrupta. ¿La excusa? La de siempre: se le ha malinterpretado: "Victoria está estudiando y tiene que aprender poco a poco, estando a mi lado como yo estuve con mi padre. Soy de la opinión de que se debe dar espacio a los jóvenes cuando alcanzan la madurez adecuada. Así que cuando llegue el momento, cuando yo esté demasiado viejo y cansado para continuar, le dejaré el sitio a ella". Qué cara. Parece la jugada sucia de Juan Carlos con Elena, salvando las distancias.

Manuel Saboya GTRES
Emmanuel de Saboya / GTRES

El padre se lo ha pensado mejor, qué cosas, y quiere probar el papel que desarrollaron su padre y su abuelo, último rey transalpino. Por lo tanto, su "feminismo" es de chichinabo. Sus palabras en una revista italiana han caído como una bomba a la agraviada, como es natural. La princesa de Carignano estaba muy satisfecha por la decisión de su padre, y que le birle de vuelta la cartera la hace subirse por las paredes. Ya contaba con un título que le daría alas en su carrera profesional como modelo y futura estrella virtual. Le han pinchado el globo, esta afrenta no la olvidará. Vendetta.