La onda expansiva del caso Palau amenaza con abrir una nueva grieta en la cohesión del Govern. La tensión en torno a este asunto ha ido subiendo de intensidad en cuestión de horas desde que trascendió que el viernes la conselleria de Cultura votó en la reunión del Consorcio del Palau en contra de que la Generalitat ejerciera la acusación contra CDC por el espolio de Felix Millet y Jordi Montull. El cruce público de declaraciones entre los dos socios de Govern desembocó en el anuncio de ERC que este martes sus consellers pondrán el tema encima de la mesa del Consell Executiu. El malestar entre republicanos y demócratas penetró también en la habitual reunión de los lunes de la dirección del grupo parlamentario de JxSí, donde se hizo evidente la disparidad de criterios.

Esta es la primera fisura que se dibuja en las paredes del Govern desde que hace poco más de tres semanas todos sus miembros firmaron el compromiso con el referéndum para sellar las grietas aparecidas en torno a la estrategia sobre la hoja de ruta independentista. A pesar de todo, desde el ejecutivo se muestra la confianza que todo quede circunscrito a una polémica entre partidos y no afecte al Govern.

El proyectil que abrió el debate público llegó desde el Ayuntamiento de Barcelona. Fue un tuit del teniente de alcalde barcelonés Jaume Asens refiriéndose al hecho de que en la reunión del viernes del Consorcio del Palau, el conseller de Cultura, Santi Vila, votara en contra de incluir a CDC en la acusación. Asens interpeló directamente a ERC sobre el tema. "¿Qué opina ERC?", interrogó.

Y ERC respondió. Lo hizo la secretaria general del partido, Marta Rovira, también a través de las redes sociales. Rovira aseguró que Esquerra quiere ir hasta el final en este caso, y advirtió a la conselleria de Cultura que se lo tendría que repensar. "¡El autonomismo ha muerto!", remachaba el tuit. Estas últimas palabras hacían referencia indirecta a Vila al cual el número dos del PDeCAT, David Bonvehí, describió como "candidato autonomista" en una polémica reunión con cuadros de la formación que se filtró a la prensa.

El tuit de la dirigente republicana impactó en la sede del PDeCAT ruidosamente. No pasó por alto la carga contra el conseller de Cultura. Tampoco el hecho de que la secretaria general de los republicanos tardó horas en responder y no fue por lo tanto una reacción en caliente, sino bastante meditada.

El mismo conseller salió a replicar a Rovira el lunes a primera hora en declaraciones en Catalunya Ràdio. Vila advirtió de que la decisión no era política, sino procesal y que fue aconsejada por los servicios jurídicos. Poco después, sería la coordinadora del partido, Marta Pascal, quien saldría al paso de las declaraciones de Rovira. "El Govern es único y solidario y toma las decisiones conjuntamente", advirtió a Esquerra.

A la misma hora, el portavoz de ERC, Sergi Sabrià, mostraba la contrariedad de su partido por el hecho de que los consellers republicanos no hubieran sido informados sobre la posición que el Ejecutivo defendería en la reunión del Consorcio del Palau. Sabrià dejó claro que los consellers de ERC plantearían el tema en la reunión del Govern de este martes y apuntó que si se planteara alguna moción en relación a éste en el Parlament, ERC votaría a favor de incluir CDC en la acusación.

Ante la resonancia conseguida con el tuit del teniente de alcalde, desde el consistorio barcelonés se hizo un nuevo gesto. A media tarde, la alcaldesa, Ada Colau, envió una carta al president, Carles Puigdemont, reclamándole la convocatoria de una reunión urgente del patronato del consorcio para replantear la posición en relación con la acusación contra CDC.

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La reunión del Govern servirá de termómetro para medir el efecto real de esta polémica en la cohesión del consejo ejecutivo.