A pesar de los registros, las detenciones y la comparecencia extraordinaria del Govern, el conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, ha cumplido su agenda y ha participado en la comida "Herramientas para modernizar el país" organizada por la Cambra de Comerç de Barcelona.

Ahora bien, no ha hablado de la modernización ni de la economía catalana como tampoco de la emprendeduría, las infraestructuras o la sostenibilidad. Este miércoles "excepcional" le ha obligado a hacer un "cambio de planteamiento" Ante exconsellers y empresarios de la talla del presidente del Port de Barcelona, Sixte Cambra, el presidente de Abertis, Salvador Alemany, y el presidente de Pimec, Josep González.

"El Estado español ha acreditado hoy que no tiene nada que ofrecer a Catalunya más allá del miedo y las amenazas", ha lanzado desde buen comienzo. Con el caso escocés muy presente, Rull ha puesto como ejemplo el exprimer ministro David Cameron y ha reivindicado que a Catalunya se le está negando la libertad.

Pacto vs imposición

"Los fuertes pactan, los débiles imponen", ha criticado de nuevo recordando el "menosprecio" a las instituciones, la amenaza a los medios de comunicación, la "falta de respeto" a los alcaldes o la detención de altos cargos de la generalidad, entre otros. "Es un ataque frontal a la democracia y es un intento deliberado de perjudicar nuestra economía y nuestro bienestar", ha añadido.

Por si alguien lo dudaba, el referéndum del próximo 1 de Octubre sigue adelante. Pocas horas después de haberse reunido con el presidente Carles Puigdemont y el resto de consellers, Rull ha reiterado "la determinación y la firmeza" del govern para conseguir que los catalanes voten como "expresión nítidamente democrática."

"Si queremos un país moderno, necesitamos un país libre. Si queremos modernizar el país, tenemos que defender su libertad. Nos van los derechos, la economía y la dignidad colectiva, desde la democracia y el respeto al futuro", ha concluido Rull. La sala llena de empresarios en un día "excepcional" lo han despedido con un fuerte aplauso. Por partida doble.