¿En qué y cómo podría el Banco Central Europeo (BCE) gastar mejor? Esta es una de las grandes preguntas con respuesta que se desprende del informe anual 2015 del BCE que su ponente y también eurodiputado del PDECat, Ramon Tremosa, ha presentado este jueves en el Cercle de Economia. Más concretamente, Tremosa, que consiguió sacar adelante el informe con 36 votos a favor, 12 abstenciones y 7 votos en contra a la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, ha explicado que la recomendación del Parlamento Europeo en el BCE pasa por redireccionar o ampliar su estrategia.

"No es comprar menos deuda, sino comprar mejor". O lo que es lo mismo, un cambio de inversión "no en cantidad, sino en calidad". De la compra directa de deuda pública y corporativa a la también adquisición de bonos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Y todo, con un objetivo principal: acelerar el corredor mediterráneo así como otros proyectos de infraestructuras de la Unión Energética y Ferroviaria mediante las inversiones privadas de interés público.

Apoyo público a Draghi

El informe del BCE que "se replicará" en la sesión plenaria de la Eurocámara en Estrasburgo entre el 21 y el 24 de noviembre del 2016 no es vinculante pero sí un aval y una muestra de apoyo político a la gestión del presidente del BCE, Mario Draghi. "Nosotros no estamos dando mandatos vinculantes que tenga que aplicar Draghi pero sí recomendaciones", ha asegurado Tremosa. Y más allá de las inversiones, el informe también explica que la política de bajos tipos de interés puede retrasar reformas estructurales y de consolidación necesarias de su déficit público primario, particularmente al nivel de la Administración central.

Alerta a los países del sur de Europa por no haber aprovechado la liquidez para realizar reformas estructurales y a nivel estatal, alerta a una España que ha optado por los recortes de gasto a las administraciones locales y autonómicas antes que la central. "No se ha resentido ni el ejército ni la construcción del AVE", ha añadido.

"No solidarity without responsability"

Según Tremosa, "la sensación norteeuropea es que el quantitative easing (aumento de la oferta de dinero) es un impulso por la puerta de atrás". Y es que la política "superexpansiva" de Draghi para inundar el sistema de liquidez, está "castigando" a los ahorradores del norte de Europa a la vez que favorece a las economías más endeudadas, como es la española. En este sentido, el eurodiputado catalán ha explicado que el discurso de los nórdicos es "no solidarity without responsability", y en el caso concreto de los alemanes, tienen "una genética monetaria modificada por las inflaciones".

Rechazo y descontento de los nórdicos y Alemania que consideran que los países del sur sólo harán reformas "si se encuentran con el agua al cuello". A modo de ejemplo más que simbólico de la "poca química" que los diputados alemanes sienten por la política monetaria del BCE, Tremosa ha recordado que cuando Mario Draghi tomó posesión del cargo de presidente del BCE, "Sarkozy fue pero Merkel no". No se descarta que el próximo presidente del BCE, que se escogerá en dos años, ceda a las presiones de nórdicos y alemanes y acabe optando por volver al escenario del 2011 donde en un contexto de elevado déficit público y elevada prima de riesgo, los países del sur de Europa tenían que gestionar la política económica con una fuerte disciplina fiscal. De presidenta de Alemania a presidente del BCE, tiempo al tiempo.

El gran riesgo

"El gran riesgo es que en la situación actual que es muy diferente a la del 2008 se produzca un shock similar al del 2008. Ahora tenemos muchos menos instrumentos", ha asegurado el director del Centro de Investigación en Economía Internacional (CREI), Jordi Galí. En lo que ha sido uno profundo y técnico análisis de la situación macroeconómica de Europa, Galí ha explicado que los instrumentos de política monetaria están en gran medida agotados y eso supone que con el impacto de la crisis financiera, se haya perdido capacidad de respuesta y neutralización.

Más concretamente, el también asesor del BCE y la Reserva Federal ha apuntado que el porqué de todo se debe a una serie de factores: entrada de economías emergentes de mercado al capital global, baja natalidad, aumento de la esperanza de vida, caída del crecimiento esperado, aumento de la incertidumbre o escasez de activos financieros sin riesgo o efectos de inversión real rentables entre otros. Y en respuesta al porqué, Galí, conocido por ser uno de los grandes investigadores de la nueva síntesis keynesiana, ha defendido una política fiscal expansiva impulsada con creación de dinero.

Una paradoja con "ojos cerrados"

"Ojos cerrados" o "Lost in translation" son algunos de los adjetivos que el catedrático de la UPF, Guillem López Casasnovas, ha utilizado para describir la "compleja" genética de los organismos reguladores y supervisores durante la crisis. En su intervención, el también consejero y asesor del Banco de España, ha puesto sobre la mesa de debate la paradoja implícita en el hecho de que el Eurogrupo presione al gobierno español para que cumpla con los objetivos de déficit público a la vez que reconoce que la economía española es la que registra un mayor crecimiento en la UE.

Casasnovas que ha verbalizado su angustia por la complejidad financiera del momento y los efectos que la macroeconomía puede tener en el bienestar de la sociedad, ha asegurado que aunque "algunos dirían que ya estamos cerca de la salida de la crisis", los indicios no acaban de estar del todo claros. Por eso, el catedrático ha defendido una marco de actuación "más macroprudencial" que ponga el foco en vigilar el riesgo sistémico y en una actuación "más anticipativa y con más recursos".