Este viernes se presenta en los cines, El elegido, una coproducción catalano-mexicana de Antonio Chavarrías sobre Ramon Mercader, el catalán que mató a Lev Trotski por orden de Stalin. La película sigue la trayectoria de Mercader (interpretado por Alfonso Herrera) desde su lucha en la guerra civil española, hasta el asesinato de Trostsky (Henry Goodman). Mercader es entrenado por la NKVD, la policía secreta soviética, y después va a París, con una falsa identidad, para conquistar a Sylvia Ageloff (Hannah Murray), una joven trotskista americana que le servirá para penetrar en el universo de Trotsky. Y de allí, en México, donde conseguirá infiltrarse en el círculo más íntimo del político comunista; finalmente, lo asesinará con un piolet.

Una gran película para un gran tema

La vida de Ramon Mercader es fascinante. Un hombre que, influido por su madre se pone a las órdenes de una de las mayores maquinarias de espionaje de la historia de la humanidad hasta el punto de acabar cometiendo un asesinato. La película ni siquiera ha de recurrir a la ficción, porque la historia real de Mercader contiene todos los ingredientes de una buena novela: sexo, traición, amistad, sacrificio, obsesión... Y Chavarrías se mantiene muy fiel a la realidad; incluso intenta recrear fielmente el despacho de Trotsky, el lugar del asesinato. Tan sólo recurre a la imaginación para llenar los huecos de la historia. Consigue hacer una película ágil, muy convincente, de alto nivel, que desborda de mucho el interés catalán o mexicano, aunque ha sido rodada en Catalunya y en México. La historia de Mercader, como historia de pasión, de odio, de traición y de brutalidad, es una historia universal, y esta película consigue dotarla de talla universal. Y llega a ser plenamente convincente a pesar de que todo el mundo ya conoce su final.

El crimen paso a paso

Mercader fue reclutado por el NKVD, la policía secreta estalinista, a través de su madre. No está claro donde fue entrenado por los agentes rusos. En principio tan sólo tenía que ser informador, y se le hizo penetrar en el círculo de Trotsky a través de Sylvia Ageloff. Él conquistó en París a esta chica, poco agraciada, y más tarde consiguió atraerla a México. La chica, sin sospechar la identidad de Mercader, entró a trabajar en la secretaría de Trotsky, y fue facilitando información sobre éste y su residencia a Mercader (quien la transmitía al NKVD). El 24 de mayo de 1940 falló un asalto armado a la casa de Trotsky dirigido por el pintor mexicano David Álfaro Siqueiros. Ramon Mercader se ofreció a sus jefes para matar personalmente a Trotsky. El 20 de agosto de 1940 consiguió quedarse solo con el líder comunista y le pegó un golpe piolet en el cap. Trotsky se defendió y no murió al momento. Por eso, Mercader no pudo huir, y fue capturado por los guardaespaldas de Trotsky. Tras ser detenido siguió afirmando que se llamaba Jacques Monard y que era belga. Nunca confesó quién era ni quién había encargado el asesinato. Fue condenado a veinte años de prisión, que cumplió porque fracasó un complot soviético para liberarlo. No fue hasta 1950 que se conoció su identidad, porque la policía franquista entregó a la mexicana las huellas de Mercader, que había sido detenido en 1935 en Barcelona. En 1960 fue liberado, y se dirigió a la Unión Soviética, donde fue nombrado Héroe de la Unión Soviética. Al cabo de unos años Mercader se fue a vivir en Cuba, donde murió en 1978, aunque más tarde su cadáver se trasladó a Moscú. No está claro si siguió siendo estalinista hasta la muerte o si se arrepintió de su crimen.

Nuestro agente secreto

Los dos grandes agentes secretos catalanes del siglo XX han trabajado para potencias extranjeras. Joan Pujol, Garbo, trabajó para los ingleses, y como agente doble facilitó el desembarque de Normandía. Y Mercader trabajó para la NKVD y eliminó al principal enemigo de Stalin. La vida de Mercader está estrechamente relacionada con la historia de Catalunya, pero también con la historia universal del siglo XX: su madre era de buena familia, pero nada conservadora: había volado en avión, era adicta en las drogas, se relacionaba con círculos anarquistas y de delincuentes... Ramon Mercader se había integrado en el movimiento revolucionario catalán, había luchado a la guerra civil española... Pero la historia de Mercader es también la historia del comunismo: de las luchas entre stalinistas y troskistas, de la maquinaria de intoxicación estalinista, del desencantos de tantos y tantos "camaradas" (comola propia madre de Ramon Mercader)... La historia de Mercader es, también, la generosa historia de México: el único país que se atrevió a acoger a Trotsky, y el único que siguió reconociendo el gobierno de la República Española...

Tumba de Ramon Mercader en Moscú. Fotografía: A. Savin.

El hombre del piolet

Para aquellos a los que les queden más ganas de conocer la trayectoria de Ramon Mercader y cómo se organizó el asesinato de Trotsky, se puede indicar un libro clave sobre el tema: Ramon Mercader, l'home del piolet. Biografia de l'assassí de Trotski, de Eduard Puigventós López (Ara Llibres). Un libro muy documentado, que recurre a archivos de medio mundo y a testigos muy diversos para intentar averiguar la vida y el pensamiento de Mercader. Incluso aporta un gran número de fotos, que nos permite conocer el rostro de muchos de los personajes de esta historia. Pero la gran virtud de L'home del piolet es que es una obra muy mesurada, porque Puigventós trata de abordar los múltiples mitos de la vida de Ramon Mercader y su madre, para desmontarlos si es necesario. Incluso reconoce en algunos casos que las pruebas disponibles dejan huecos en la vida del agente secreto. Y hay muchos huecos: Mercader fue un hombre muy reservado, y a los investigadores les ha sido muy difícil recrear su personalidad real. L'home del piolet es un libro muy exhaustivo, pero pensado como herramienta divulgativa, que puede interesar tanto a los expertos, como a aquellos en que no tienen un gran conocimiento de la vida de Mercader, pero que sienten curiosidad por este misterioso personaje. Una obra tan recomendable como la película El Elegido.