No existe en Catalunya una entidad que fiscalice con tanto rigor y persistencia la implementación de energías renovables en Catalunya como una persona que lo hace por sí sola: Jaume Morron. Exgerente jubilado y asociado de honor de la Associació Eòlica de Catalunya (Eoliccat), ha escrito, de la mano del economista y diputado de Junts, Ramon Tremosa, dos libros sobre energías renovables en Catalunya, el último Renovables: l'energia de la llibertat. Cifras difíciles de tratar como los parques eólicos y fotovoltaicos aprobados que aparecen en el Boletín Oficial del Estado o las estadísticas de generación de electricidad de Red Eléctrica Española le sirven para denunciar cada día una misma realidad: que Catalunya sigue dormida en la instalación de renovables

En entrevista con ON ECONOMIA, Morron y Tremosa, coincidiendo con el Día Mundial de la Energía, son duros con el papel de la Generalitat en unos deberes de cara al año 2030 que no están cumpliendo. Como siempre con datos, el experto en renovables muestra un gráfico contundente. "Navarra ha instalado diez veces más renovables desde 2016 que Catalunya". Morron además lamenta que tanto él como entidades externas al Govern como el Observatori d'Energies Renovables de Catalunya 

Utiliza el ejemplo navarro para demostrar que el argumento de que Catalunya tiene un territorio pequeño y denso puede servir en la comparación con Aragón, que de hecho ha conseguido 41 veces más capacidad de generación eléctrica con renovables en el mismo periodo, pero no es el único. Así, mientras que Navarra ha sumado 1.600 MW de capacidad de energía renovable entre 2016 y enero de 2024, Catalunya tan solo ha sumado 151 MW, y eso que en 2023 rompió con años de no instalar casi ni uno.

Más lejos quedan comunidades como Castilla-La Mancha, que con 6.301 es 41 veces mayor, o Extremadura, que con 5.623 ha instalado 37 veces más que Catalunya

"Catalunya tiene mucha montaña, bosque y es muy poblado, y esa limitación que tiene para instalar renovables afecta también a Baviera, Renania y otras regiones de Alemania, pero hay otro factor, que es que los catalanes dicen que no a todo muy fácilmente, somos una sociedad postindustrial y el estado español ha tenido una ambición y determinación que le ha faltado a Catalunya en renovables", desarrolla Tremosa.

Entrevista Ramón Tremosa i Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Ramón Tremosa y Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto

Esa tendencia a decir que no, defiende, es la que explica la diferencia con Navarra o como Asturias, que también ha instalado más renovables. "Navarra tiene una superficie como la demarcación de Lleida y, sin embargo, tiene mucha más eólica y fotovoltaica que Catalunya. Eso es porque hay una determinación y un liderazgo político que les lleva a tener el Centro Nacional de Energía Renovable en Pamplona, y con sedes de importantes empresas del mundo de las renovables como Siemens Gamesa", añade. Para revertir esta tendencia, Morron y Tremosa proponen la creación inmediata de una Comisión catalana de Energía, como la que en su día tuvo el Gobierno español que justamente ahora estudia recuperar. 

Actualmente, Catalunya tan solo genera el 14% de su electricidad con renovables, por el 57% que genera el estado español, y está mucho más lejos de los objetivos de 2030, cuando pretende llegar al 50%, y ni pensar del de 2050, cuando debería de tener ya el 100% de su electricidad cubierta con energías renovables. "Catalunya ahora mismo es un lastre para España en renovables", asevera Morron, que defiende que "España tramita, autoriza y pone en servicio proyectos de renovables no hidráulicas" y Catalunya, no. 

La curva, por tanto, de las comunidades autónomas mencionadas y otras como Aragón o Andalucía en los últimos años muestran una línea ascendente de acuerdo con los objetivos de descarbonización. No así la catalana, que queda prácticamente plana entre los 3.567 disponibles en 2016 y los 3.718 MW actuales. 

La parálisis de Catalunya en renovables, no obstante, era incluso peor durante la década previa a 2022. En los últimos dos años, Catalunya consiguió autorizar 1.500 MW, que no instalarlos, más que en todos los 10 de años anteriores. Preguntado por la responsabilidad de su partido, Junts, que gobernó en Catalunya de 2010 a 2020, con el paréntesis de la intervención del Gobierno español por la aplicación del artículo 155 de la Constitución por el referéndum del uno de octubre de 2017 que duró hasta mayo de 2018, Tremosa recuerda que eran tiempos diferentes y defiende también el decreto con el que el president Quim Torra intentó acelerar la transición energética.

"El president Quim Torra es quien rompió el decreto que impedía instalar renovables en Catalunya y, con él, abrió la puerta a que 15.000 MW de renovables se interesaran por venir a Catalunya", afirma Tremosa. Cuestionado por los años anteriores en los que Junts también estaba en el Palau de la Generalitat, Tremosa defiende que "eran tiempos de crisis en que las prioridades eran otras y la población tenía unas necesidades muy concretas".

Entrevista Ramón Tremosa i Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Ramón Tremosa y Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto

"Se recortaron un 25% los presupuestos públicos, tenías que cubrir la sanidad y la educación. Además, en un contexto de petróleo barato, gas barato y uranio barato, las renovables no eran una prioridad y nadie las impulsaba al ritmo que se ha hecho en los últimos cinco años", completa Tremosa. 

Además, Tremosa defiende el trabajo del Carles Puigdemont, que "en 2017 aprobó la primera ley de cambio climático de la España peninsular". "Lo que pasa es que de 2003 a 2019 hay un decreto que impide las renovables en Catalunya. El president Quim Torra lo tumba en 2019 para dar de nuevo la iniciativa a las empresas. Con ello, en una línea más parecida a la de Aragón, se pretende que Catalunya vuelva a la liga europea de las renovables. Pero los últimos gobiernos no han tenido el interés de tramitar y agilizar estas instalaciones solicitadas y los inversores han acabado perdiendo el interés", argumenta Tremosa. 

Los dilemas de la MAT

Ante la falta de dinamismo catalán en energías renovables, la empresa aragonesa Forestalia ha decidido que evacuará parte de la fotovoltaica y eólica que produce en Aragón a través de cuatro líneas de Muy Alta Tensión (MAT) que atravesarán Catalunya hasta Isona la más al norte, hasta Rubí la central y hasta Begues y Ascó las dos líneas más al sur. Tremosa y Morron tienen puntos de vista diferentes, aunque complementarios, sobre estas obras. Así, Tremosa apunta que "el impacto ambiental y paisajístico puede ser más perjudicial para las aves que los propios aerogeneradores y además impide a Catalunya tener soberanía energética". "Dependemos más de España", resume. 

Entrevista Ramón Tremosa i Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Ramón Tremosa y Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto

Morron, en cambio, entiende que hay "una oportunidad", que "una empresa con visión ha visto una oportunidad de negocio en el hecho de que la primera potencia económica del estado español es incapaz de gestionar su propio reto, de substituir la energía fósil y nuclear por renovable". "Si esto no lo haces tú, te lo hacen otros. De todas formas, que Forestalia haga estos 4.000 megavatios que prevé no eximirá a Catalunya de hacer su trabajo, porque necesita 60.000 megavatios de renovables", abunda. 

Aunque Govern, gobierno español y territorio (vecinos y alcaldes) han mostrado su rechazo al plan, los parques y cables de evacuación reciben autorizaciones y el plan de la MAT avanza firme. Según cuentan Morron, en una cena con la ministra Teresa Ribera, acusó a Catalunya de "no estar haciendo nada" por las energías renovables y, en el fondo, comentan, están de acuerdo con esta vía de evacuación. "De alguna forma, no nos pueden imponer la construcción de renovables, pero sí la distribución" añade Tremosa. 

Entrevista Ramón Tremosa i Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto
Entrevista Ramón Tremosa y Jaume Morrón / Foto: Carlos Baglietto

Los parques fotovoltaicos y eólicos de hasta 50 MW son responsabilidad del Govern y, los de mayor potencia, los debe autorizar el gobierno español. "Pero las empresas prefieren tramitar proyectos que tengan el beneplácito de las comunidades autónomas", aclara Morron, que explica que suelen fragmentar los parques mayores en varios pequeños para tramitarlo así, aunque existen excepciones. "Hubo uno de los parques mejores presentados, el proyecto de Statkraft, se presentó a la Generalitat, pero el Govern lo aprobó y lo presentaron unificado al gobierno español, que sí que lo está tramitando", relata Morron. 

Morron y Tremosa defienden que "la energía eólica ya permite reciclar palas de turbinas al 100%" en respuesta a los problemas de sostenibilidad que pueden presentar por materiales y también cuestionan otro de los argumentos centrales de los detractores: la afectación de las turbinas a la fauna avícola. Tremosa cita un artículo de The Economist, a su vez referenciando a uno de Environmental Science and Technology, titulado 'Cuantificando los efectos de las infraestructuras de energía en las poblaciones y la biodiversidad', que concluye que los daños a las aves son menores, al menos, que los que producen las energías fósiles. "Las aves son inteligentes y van aprendiendo a convivir con esas turbinas", se adaptan, aporta Tremosa. En Catalunya, por ahora, los pájaros no han tenido que esforzarse demasiado en este sentido.