El pasado 1 de mayo, coincidiendo con el Día del Trabajador, el World Economic Forum publicaba el esperado estudio del The Future of Jobs 2023, que explora cómo evolucionarán los trabajos y las habilidades en los próximos cinco años. Esta cuarta edición de la serie continúa el análisis de las expectativas de los empleadores para brindar nuevos conocimientos sobre cómo las tendencias socioeconómicas y tecnológicas darán forma al lugar de trabajo del futuro. El informe reúne la perspectiva de 803 empresas -que emplean colectivamente a más de 11,3 millones de trabajadores- de 27 grupos industriales y 45 economías de todas las regiones del mundo.

Son muchos los datos que se pueden destacar de la cuarta edición del informe, aunque uno de ellos debe preocuparnos y ocuparnos como sociedad empresarial y civil. Me refiero, como no, a la pérdida global de empleo. Si bien los estudios anteriores indicaban que la creación de nuevos trabajos -empujados por la tecnología- superaría a la destrucción de puestos, en esta ocasión se ha girado la tendencia señalando que nos estamos dirigiendo hacia una pérdida acumulada del 23%. 69 millones de nuevos puestos van a ser creados (vs 97 millones que recoge el informe de 2020), impulsados por la tecnología y la transición energética, mientras que 83 millones aparecen en riesgo de ser destruidos (vs 85 millones del informe de 2020) por la automatización y la incesante presión económica. Este dato es especialmente alarmante sí tenemos en cuenta que las encuestas de dicho estudio se realizaron antes de la salida al mercado de “ChatGPT”, un fenómeno de no retorno en la aplicación de la inteligencia artificial a nivel masivo. Los datos nos exigen un parón, una reflexión y también una acción.  

Es evidente que este es un reto capital. Debemos asumir y abrazar al avance tecnológico pero logrando no dejar en la cuneta a más personas de las que incorporamos o reciclamos para que formen parte de esta nueva y acelerada realidad laboral. Hacer cosas distintas sin duda, el 44% de los puestos lo requieren, pero no hacer nada no debería ser una opción. 

En positivo emerge el aprendizaje continuo y constante a lo largo de la vida -lifelonglearning- que se cuela en el top 5 entre las habilidades clave para los profesionales de este futuro laboral. Esta es una buena noticia que viene a contrarrestar el reto de la obsolescencia de nuestro mercado laboral aunque parece que se tendrá que acelerar aún más por parte de empleados, empresas y gobiernos si queremos actualizar a escala a más personas, más rápido y probablemente en más direcciones formativas.   

Otro dato esencial que se debe extraer del informe es el que hace referencia a las posiciones de mayor demanda: especialistas en machine learning / inteligencia artificial y especialistas en sostenibilidad. El estudio nos las presenta como carreras e itinerarios diferenciados y quizá es aquí donde el actual debate ético de la implantación de la inteligencia artificial puede empezar a ver parte de su solución. Esta misma semana, en entrevista al New York Times el Dr. Hinton, considerado como el padre de la inteligencia artificial, anunciaba que había dejado su puesto en uno de los gigantes de la tecnología para poder hablar libremente de los riesgos que observa entre otros en el ámbito del mercado del trabajo. Según indica estos chatbots pronto pueden reemplazar a los humanos en lugar de reforzarlos. ¿Y si estas posiciones en auge se unieran en algún punto cercano para avanzar tecnológicamente y a la vez con un cierto sentido de la responsabilidad? Inteligencia Artificial y Sostenibilidad unidas para avanzar y producir un impacto positivo.     

Los datos están servidos, el reloj se mueve rápido, debemos actuar.