Las turbulencias en materia de seguridad, clima, geopolítica y economía que recorren el mundo sacuden los cimientos mismos de nuestra sociedad. El auge de nacionalismos, proteccionismos y la competencia entre países obstaculizan el progreso en materia de desarrollo sostenible, restringen el crecimiento y complican las perspectivas económicas.

Un contexto mundial desfavorable está contribuyendo a un lento progreso para alcanzar los objetivos de la agenda 2030. La pandemia ha tenido importantes consecuencias sociales, económicas y medioambientales que poco a poco se van reflejando en los datos. Las crisis y los conflictos en curso han perturbado las cadenas de suministro mundiales y han avivado la inflación y las incertidumbres y han contribuido a la volatilidad de los precios de los alimentos y las materias primas y a un entorno financiero limitado.

Sin embargo, se demuestra la necesidad de cooperación multilateral como única opción para mitigar amenazas a nivel global. Con la idea misma de multilateralismo en entredicho, las organizaciones multilaterales se enfrentan al desafío de evolucionar, aunque no se sabe en qué partes y cómo aplicar las reformas.

Algunos países quieren obstaculizar la colaboración en algunos campos, pero no tienen capacidad para resolver los problemas globales por sí solos. Saben que fracasarán si no cooperan de forma global frente al cambio climático, las crisis de deuda de los países del sur, o las aplicaciones de IA, entre otros muchos temas. Solamente la actividad conjunta de varios países sobre cuestiones determinadas puede aportar soluciones.

Para 2030, solo se está en camino de alcanzar un 12% de las metas evaluables de Naciones Unidas. Un 50% serán inalcanzables

El informe de Desarrollo Sostenible 2023 de Naciones Unidas es demoledor. Para 2030, solo se está en camino de alcanzar un 12% de las metas evaluables. Un 50% serán inalcanzables. Y, hasta un 30% de esos objetivos han empeorado en comparación del punto de partida en 2015.

Se esperaba que esta década terminara con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acceso a agua potable, educación inclusiva, ciudades sostenibles, igualdad entre géneros, acceso a energías limpias… pero con los modestos esfuerzos actuales, y un mundo que sufre polarización, fragmentación política y económica no conseguirá objetivos tan importantes como erradicar la pobreza extrema. Una educación inclusiva, ciudades sostenibles, el acceso a agua potable, la igualdad entre géneros, el acceso a energías limpias...

Nuestro bienestar a medio y largo plazo depende de un entorno saludable respaldado por un desarrollo económico y social sostenible. El cambio climático es el desafío clave de nuestro tiempo y debe estar a la vanguardia de toda toma de decisiones.

Algunas grandes potencias y muchos gobiernos han incumplido todos los compromisos, y son conscientes de que sin la participación empresarial, los objetivos seguirán siendo inalcanzables. Es preciso involucrar al sector privado, que aporta el 60% del PIB mundial y el 90% de los puestos de trabajo. Hay iniciativas, como limitar el calentamiento global a 1,5 grados, que pueden conseguirse en algunas economías avanzadas pero, los países emergentes y en desarrollo precisan más apoyo de los bancos y un sector privado involucrado.

El cambio climático es el desafío clave de nuestro tiempo y debe estar a la vanguardia de toda toma de decisiones

Es importante evitar más restricción para la financiación de proyectos de desarrollo y de acción climática, y que esto en algunos países frágiles no dependa de la movilización de recursos internos y como último recurso sea una financiación en condiciones favorables a largo plazo para proyectos prioritarios vitales.

La cooperación internacional se impulsó para abordar desigualdades e injusticia, las amenazas a la salud, la crisis de deuda y el futuro del comercio, el cambio climático, la movilidad laboral transfronteriza y el deterioro de la paz y la seguridad en el mundo. Hoy el mundo se enfrenta a un nuevo sistema cuyas características y reglas de juego se están configurando de acuerdo con las capacidades de las grandes potencias antiguas y emergentes.

Las reglas para hacer frente a los riesgos y las crisis deben enmarcarse en políticas coherentes con prioridades específicas, no a corto plazo, no en acciones dispersas, sino de acuerdo con un enfoque integrado de progreso hacia el desarrollo sostenible.

A medida que las múltiples crisis dañan más países y regiones, el mundo debe mantener el rumbo e intensificar los esfuerzos para alcanzar los objetivos. A pesar de los desafíos, la visión establecida en la Agenda 2030 sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en 2015. Los 17 objetivos siguen proporcionando un marco integral para la acción audaz y transformadora necesaria para construir un mundo más verde, más justo y mejor.

Urge un sistema multilateral reformado, adecuado a su propósito y capaz de hacer frente a los retos del futuro. Para poder alcanzar los objetivos de la agenda 2030, precisamos una reflexión sobre nuevas prácticas en la cooperación internacional y el multilateralismo, sobre todo hacer más que decir para inspirar un cambio positivo.