En los últimos años, el sector bancario ha captado la atención en varias ocasiones debido a anuncios sobre fusiones, adquisiciones y otras reestructuraciones. Esta vez el BBVA y Banco Sabadell vuelven a ser noticia, como lo fueron también en 2020. Sin embargo, las circunstancias han cambiado considerablemente y las conversaciones entre ambas entidades están progresando favorablemente.

En esta ocasión, Banco Sabadell se encuentra en una situación económica más sólida en comparación con el pasado, lo que ha fortalecido su posición en las negociaciones. En los últimos años, la entidad ha experimentado un crecimiento significativo y ha consolidado su actividad comercial, como lo demuestran claramente sus resultados financieros. El retorno sobre el patrimonio neto (ROE), que era del 0,02% a finales de 2020, ha experimentado un aumento notable, llegando al 10,11% al final del primer trimestre del año en curso.

Todo parece indicar que esta vez la fusión podría concretarse con éxito. Además, se ha presentado oficialmente ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la propuesta de fusión entre ambas entidades y el BBVA ya ha revelado la oferta de canje de 1 acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell.

La fusión BBVA-Sabadell podría resultar en la creación de un gigante financiero con una capitalización bursátil cercana a la del grupo Santander. Y, junto con CaixaBank, el sector bancario español quedaría controlado principalmente por tres grandes grupos.

El proceso de concentración suscita inquietudes en el sector y plantea el interrogante de si nos estamos aproximando a un mercado dominado por unos pocos

Este cambio en el panorama de entidades financieras suscita inquietudes en el sector y plantea el interrogante de si nos estamos aproximando a un mercado dominado por unos pocos grandes jugadores en lugar de mantener una competencia perfecta. Lejos queda ya cuando el país contaba con una amplia diversidad de entidades financieras. Hacia 2007, se estimaba que había más de 60 bancos, aproximadamente 40 cajas de ahorros y varias cooperativas de crédito operando en el país. Sin embargo, esta situación ha cambiado considerablemente con el paso del tiempo, mostrando una clara tendencia hacia la concentración y otorgando a estos grandes grupos bancarios un control significativo. Factor que se evidenció claramente en la demora de las entidades financieras para aplicar subidas en los tipos de interés de los depósitos, a fin de adecuarse a la nueva situación financiera.

Cabe recordar que las tres grandes entidades financieras, Santander, BBVA y CaixaBank, gestionan actualmente los activos de 29 bancos que en 2009 operaban totalmente de forma independiente y que, a fecha de hoy, los cinco principales bancos (Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter) controlan aproximadamente el 70% de los activos bancarios en España.

Pero en lo que respecta a las fusiones, el espectáculo apenas está comenzando. Desde hace tiempo se ha venido hablando de fusiones transnacionales entre diversos bancos europeos, y aunque hasta ahora solo ha sido una idea, la realidad es que este escenario está más próximo de lo que quisiéramos. Y si bien, ante esta nueva tesitura los organismos reguladores podrían sufrir algún conflicto de intereses, parece ser que ello no va a ser obstáculo para que estas fusiones pasen a materializarse.

Entonces, ¿qué puede estar impulsando este interés en fusiones bancarias transnacionales cuando hay un riesgo de concentrar el poder en grupos bancarios?

En un entorno con una moneda digital, tasas de interés más bajas, el impacto de la IA i el crecimiento de las fintech, el negocio bancario se enfrenta a una transformación significativa

Una perspectiva a considerar es el posible impacto que podría tener el euro digital en el sector bancario, una iniciativa en la que el BCE ha estado trabajando en los últimos años. Con el avance hacia una economía digital en la que la moneda sea emitida, controlada y resguardada por un Banco Central, el rol de los bancos comerciales experimentaría una transformación significativa. En este escenario, es probable que los servicios bancarios cambien considerablemente y que ya no necesiten proporcionar servicios de custodia de dinero, lo que también implicaría la eliminación de los ingresos por comisiones asociadas a esta actividad.

Quizás en un entorno más digital, la participación del mercado bancario sea menor y esto deje espacio solo para unos pocos grupos bancarios.  Si a esto se le añade tasas de interés más bajas, el impacto transformador de la inteligencia artificial en este sector, así como el crecimiento de las fintech, el negocio bancario se enfrenta a pocas alternativas: fusionarse o reinventarse. Por tanto, las fusiones anticipadas en este nuevo contexto emergente pueden allanar el camino y prevenir posibles situaciones de intervención bancaria, las cuales son motivo de preocupación tanto para los reguladores como para los mercados financieros.

No obstante, por ahora, todavía en un mundo menos digital, vamos a seguir de cerca las próximas noticias entre BBVA y Banco Sabadell. Incluso si, finalmente, ambas entidades llegan esta vez a un acuerdo en las negociaciones, el camino hacia la fusión sigue siendo extenso y podría prolongarse por un año o más, ya que se requiere de la aprobación y regulación de múltiples organismos reguladores.