Europa tiene un problema estructural de defensa que no se resuelve con promesas ni con porcentajes en papel. Mientras Estados Unidos destina un 8,5% de su presupuesto militar a pensiones, y el Reino Unido un 9%, países como España, Italia, Bélgica asignan entre el 18% y el 20% de sus presupuestos de defensa a pagar pensiones militares. ¿Qué tiene esto que ver con defenderse de una invasión rusa? Nada. Una pensión no detiene un tanque ni intercepta un misil. Es una deuda, y como toda deuda, se pagará desde el Tesoro, no desde el Ministerio de Defensa.

Pero en Europa, las pensiones se computan como gasto militar. Es un truco contable. Se habla de aumentar el gasto al 2% o al 5% del PIB, pero una parte significativa de ese dinero no sirve para adquirir armas, entrenar tropas, mantener flotas, ni construir defensas antiaéreas. Sirve para pagarle a personas que ya no están en servicio activo. Es decir, el verdadero gasto militar —el que tiene impacto operativo real— es entre un 15% y un 25% menor de lo que se declara.

Además, esas pensiones no son fijas. En casi toda Europa están indexadas al índice de precios al consumidor (IPC), lo que significa que aumentan todos los años. España las subió un 2,8% en 2025, Alemania un 4,57%, el Reino Unido aplicó un incremento del 1,7%. Es decir, la porción del presupuesto militar destinada a algo que no mejora ni un milímetro, la capacidad de defensa real no sólo es alta, sino que crece. Y peor aún: existen sindicatos de pensionados militares presionando para que siga subiendo. ¿Qué papel cumplen en una estrategia de defensa moderna? Ninguno ¿Qué disuasión genera un sindicato militar frente a una amenaza rusa? Cero.

Lo que Europa construyó es una burocracia militar, no un cuerpo armado. Soldados con horarios, derechos laborales, vacaciones y jubilaciones anticipadas. Una estructura diseñada para funcionar como ministerio social más que como escudo nacional. Cuando Rusia amenace, ¿qué enviará España? ¿Un folleto sindical? La defensa real requiere otra lógica. Si se quiere que el 5% del PBI vaya realmente a defensa, entonces se necesita que ese 5% sea puro, no contaminado por gastos sociales heredados. El verdadero número debería ser 6%, 7% del PBI o incluso más, si se pretende alcanzar una capacidad autónoma real.

Estados Unidos no financiará a pensionados alemanes o belgas con su propio déficit fiscal. Defenderá a los países que se tomen en serio su seguridad. El cálculo es simple: o se ajusta el presupuesto y se sacan del gasto militar las pensiones y otros ítems irrelevantes —como los fondos para desastres naturales también incluidos en algunos casos como España 5% del presupuesto de defensa, o el continente se sigue mintiendo. Y la disuasión, cuando no es real, simplemente no existe. Rusia no está disuadida. Observa y espera.

Las cosas como son.