En un contexto marcado por la digitalización, la inteligencia artificial, la escasez de talento y el teletrabajo, entre otros, el mercado laboral está cambiando profundamente. En este nuevo escenario, la capacidad de las organizaciones para atraer y retener el talento joven se ha convertido en un factor competitivo clave. Pero, ¿están realmente las organizaciones preparadas para responder a estas nuevas demandas?

Principales retos: fidelización y motivación

Un estudio elaborado en 2024 por la Fundación Human Age Institute, en colaboración con ManpowerGroup, realizando una encuesta a 1.050 empresas de todo el territorio nacional, revela que el obstáculo más grande para conectar con los jóvenes es, precisamente, la fidelización y la motivación. Otros factores destacados son la exigencia tecnológica, la conciliación y las expectativas salariales.

El programa “10 claves para atraer y fidelizar talento joven” de ManpowerGroup destaca que la Generación Z representará el 30% de la población activa en 2030, y más del 93% de sus compañeros ya los reconocen como influyentes en la empresa.

En el futuro del trabajo, las empresas no elegirán el talento, sino que será el talento quien elegirá a las empresas

Y por último, un estudio reciente de la empresa de recursos humanos Randstad expresa que un 41% de los jóvenes dentro de esta franja de edad (18 a 28 años) han dejado su trabajo en menos de un año desde que empezaron. Eso son 2 de cada 5 trabajadores. Es un dato bastante preocupante.

Seducir a la Generación Z va más allá de ofrecer un puesto de trabajo. Este colectivo, profundamente digital, valora la sostenibilidad, la autenticidad, el feedback constante y la flexibilidad horaria por encima de la escalada jerárquica o los beneficios tradicionales.

Ante esta situación hay dos realidades muy claras:

  • La distancia entre las expectativas y lo que ofrecen las empresas: los jóvenes buscan propósito, flexibilidad, oportunidades de crecimiento y estabilidad emocional. Muchas empresas aún no han adaptado sus políticas a estos requerimientos.
  • Un cambio de enfoque en la dirección: retención en lugar de atracción, cultura en lugar de contrato.

Las empresas de Catalunya, con un ecosistema rico y diverso, tienen una oportunidad excepcional. No obstante, para ser verdaderamente atractivas para los jóvenes es necesario:

  • Priorizar el bienestar laboral y la conciliación real.
  • Impulsar entornos tecnológicos atractivos y culturales.
  • Invertir en programas de desarrollo y formación continua.

El talento joven no busca solo un trabajo; busca una causa

Y, aún más, busca un ecosistema donde crecer, innovar y vivir con sentido. Las organizaciones que quieran jugar un papel relevante en los próximos años deberán abandonar las fórmulas tradicionales y abrazar una nueva realidad basada en la confianza, la flexibilidad y el propósito compartido.

Atraer ya no es suficiente: hay que conectar emocionalmente y cultivar relaciones duraderas. Porque en el futuro del trabajo, las empresas no elegirán el talento, sino que será el talento quien elegirá a las empresas. Las empresas deben dejar de preguntarse “¿cómo podemos retener el talento joven?” y empezar a preguntarse: “¿Qué estamos haciendo para que quieran quedarse?”

En definitiva, las organizaciones que quieran prosperar en este nuevo contexto no pueden limitarse a ser atractivas a nivel externo; deben ser auténticas a nivel interno. Solo así podrán convertirse en espacios donde las nuevas generaciones no solo quieran trabajar, sino crecer, aportar y quedarse.