La economía española ha soportado un año difícil, con una inflación alta durante meses que socava el gasto posterior al cierre y ha empujado al Banco Central Europeo a aumentar los costes de los préstamos a un ritmo sin precedentes con el fin de controlarlo. Pero el mes de diciembre apuntaba a una mejora en la inflación alta, ya que los precios siguieron moderándose por quinto mes consecutivo al situarse la tasa de inflación interanual en el 5,8%, un punto menos que en noviembre. Esto se debe a los precios de las materias primas, que cotizan en los mercados internacionales y que se establecen conforme a las leyes de oferta y demanda y, que han sido muy volátiles en 2022; pero el riesgo para los precios de las materias primas, excluidas las materias primas energéticas, ha sido principalmente a la baja. Los riesgos a la baja incluyen una guerra prolongada en Ucrania, altos precios de la energía, baja disponibilidad de gas, repunte estacional de la alta inflación y debilitamiento de la demanda, todo lo cual se espera que dure hasta 2023, ejerciendo una presión a la baja sobre los precios.

Sin embargo, la inflación no ha tenido en cuenta los productos básicos, que han aumentado seis décimas, hasta el 6,9%, impulsada por el encarecimiento de los alimentos durante las fiestas navideñas.

Pero, ¿que pasará en 2023?

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llamado a la inflación “la amenaza más inmediata para la prosperidad actual y futura”. Y aunque ha comenzado a caer en los Estados Unidos y Europa a medida que los precios de la energía retroceden y las tasas de interés más altas durante décadas, los bancos centrales han dejado en claro que no tienen la intención de dejar de subir los tipos de interés ligeramente para frenar la inflación. De hecho, ‘’No estamos dando un giro”, dijo la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, a principios de este mes. “No estamos vacilando”.

Lo que más preocupa es la inflación subyacente que en noviembre subió una décima, hasta el 6,3%, y este mes de diciembre ha seguido escalando hasta situarse por encima de la tasa general de inflación.

Por tal de controlar los precios de los productos básicos y poder llegar a la fiesta de los Reyes, y comprar harina y huevos, el Gobierno aprobó esta semana un paquete de medidas anti-inflación, con la supresión del IVA de alimentos básicos durante medio año.

También se han tomado políticas del BCE para que la inflación vuelva a estar cerca del 5% en 2023 y se mantenga así.

Si los precios siguen subiendo más de lo que nos gustaría, los bancos centrales pueden ser más agresivos de lo previsto, lo que ejercerá más presión sobre la economía europea y mundial.

¡Así que solo queda pedir paciencia a los Reyes Magos!