En los últimos años, la inteligencia artificial ha dejado de ser una herramienta reservada para los técnicos, laboratorios y grandes empresas para convertirse en parte de nuestra vida cotidiana. Desde chats que ayudan a resolver dudas hasta plataformas que generan imágenes, vídeos e incluso canciones. La IA es más accesible que nunca, pero hay que saberla utilizar para sacarle el máximo rédito posible. Para hacerlo, hay una palabra fundamental: el prompt, que es la clave para aprovechar todo el potencial de la IA.
"Un prompt bien hecho es como dar instrucciones claras y precisas a un asistente. Por lo tanto, como más detallado y específico sea el emisor, mejor y más útil será la respuesta", comenta Carlos Huerta Santiago, experto en aprendizaje estadístico especializado en sistemas de recomendación.
Un prompt genérico dará respuestas simples o poco útiles, mientras que un prompt bien formulado puede ayudar a resolver problemas complicados, dar información concreta y solucionar dudas que una persona tardaría horas en resolver. Así, se puede sacar más provecho a la IA, ya sea para ahorrar tiempo, mejorar la comunicación o tomar mejores decisiones.
Como ejemplo, Huerta explica que el prompt es la instrucción o texto que se escribe para que la IA haga la tarea: desde una pregunta, una orden o una descripción detallada. "Sería la forma como hablamos con la máquina y, de la manera que le formulemos la pregunta, él nos contestará de una manera u otra. Como más claro y concreto sea el prompt, mejor será la respuesta que obtendremos", agrega.
Trucos para hacer buenos prompts y sacar más provecho a la IA
Para que sea más preciso, un truco es decirle "ponte en el rol de...". Así le das contexto y te responde con el enfoque correcto. Ejemplo: "actúa o ponte en el rol de un profesor de historia y explícame la Segunda Guerra Mundial como si tuviera 12 años". Además de este truco, otra técnica por conseguir respuestas más ajustadas y prácticas pueden ser:
- Pedir un formato concreto: cuando pides alguna cosa a la IA, dígale cómo quieres recibir la respuesta: en formato lista, en una tabla o de manera redactada, por ejemplo. Así, la respuesta será más adecuada para el receptor.
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Marca límites y condiciones: para que se adecue a lo que quiere, se puede pedir que la respuesta sea corta, sencilla, con o sin tecnicismos o adaptada a un contexto específico. "Explícame qué está pasando en EE.UU. en materia de aranceles en menos de 200 palabras y sin tecnicismos", por ejemplo.
- De genérico a concreto: no hace falta que el primer prompt sea detallado, sino que se puede empezar con una pregunta general y después ir añadiendo detalles o ajustando la consulta según lo que interese. "Explícame 3 cosas fundamentales de Barcelona" podría ser la primera pregunta y a partir de aquí ir añadiendo preguntas más concretas como: dígame los mejores restaurantes, y de los mejores los más céntricos, y de los más céntricos los que estén mejor de precio... y así hasta que la persona obtenga la respuesta que más le interese.
Casos prácticos del prompt
Diciéndole toda esta información, el lenguaje que utilizará la IA se adaptará al nivel, tono y objetivo que se le ha pedido. A la vez, también se puede mejorar, pidiéndole más detalles, elevando el grado de complejidad o poniendo más información. "Estos pequeños trucos, sumados a un prompt claro y concreto, multiplican la efectividad de la IA y hacen que la información que recibamos sea mucho más útil y personalizada", apunta Jordi Esteve, experto en machine learning y sistemas de recomendación.
En el día a día, el prompt puede ayudar a las personas en 5 momentos concretos:
- En el trabajo: Es tarde y alguien tiene que enviar un correo complejo. La persona tiene la idea, pero no sabe por dónde empezar el mensaje y le pide a la IA que le haga. Para conseguir una mejor comunicación, le explica las ideas, a la persona a quien va dirigido el mensaje, el tono que utilizaría y algún detalle más para acabar de determinar el prompt. La inteligencia artificial hará el mensaje que considere y la persona solo tendrá que revisarlo, arreglar lo que haga falta y enviarlo.
- Para ahorrar en casa: A la IA se le pueden enviar las diferentes facturas de la luz, explicarle de manera detallada dónde vive aquella persona, si teletrabaja o no, la tarifa que tiene y alguna característica más del contrato. Formulando buenas preguntas, la inteligencia artificial podrá encontrar la mejor tarifa para aquel usuario, buscarle alternativas y facilitarle el cambio hacia otra empresa en la que pueda ahorrar más.
- En un caso médico: alguien que se encuentra mal en su casa. Tiene dolor de garganta y unas décimas de fiebre, pero puede seguir haciendo vida normal. En este caso, se le detalla a la IA las circunstancias del paciente y se le pide una lista con las posibles causas comunes de lo que tiene, las recomendaciones de autocuidado que el paciente pueda hacer en casa y en qué casos esta persona tendría que ir al médico.
- Para hacer un viaje personalizado: En caso de que alguien quiera planificar un viaje a París, por ejemplo, pero no sabe ni por dónde empezar, puede pedirle a la IA: "Actúa como una guía de viajes, prepárame los lugares menos turísticos de la ciudad, opciones para comer bien, para ir con dos niños pequeños y que incluya alguna visita guiada por centro". Con esta información, la herramienta dará a la persona un plan diario detallado, con restaurantes y consejos para aprovechar al máximo la escapada a París. Si todavía falta más información, se puede ajustar el prompt añadiendo el presupuesto, la temporada del año en la que se viajará o el tipo de actividades que más interesen a la familia.
- En la cocina: Cuando una persona no tiene tiempo de ir al supermercado o de hacer un gran plato culinario, lo último que quiere es buscar recetas concretas. Para facilitar las cosas, puede decirle a la IA que actúe como un chef con la comida que tiene en casa: un poco de pasta, alguna verdura, atún y queso. La inteligencia artificial dará ideas concretas, con lista de ingredientes y los pasos para elaborar el plato.
¿Por qué es útil el prompt?
Con todo, en un mundo donde la IA cada vez está tomando más protagonismo, saber escribir prompts es clave, independientemente del sector al cual se dedique la persona. "Es el puente entre nuestras ideas y lo que la IA puede crear y ofrecer y aprender a utilizarlo bien no solo será útil para el día a día, sino también para ahorrar tiempo y dinero a la gente", acaba Esteve.