El consejero delegado y fundador de Nvidia, Jensen Huang, ha sido proclamado Personalidad del Año 2024 por el Financial Times. Este reconocimiento, que anualmente distingue a la figura que más ha influido en el panorama económico mundial, le es otorgado por su condición de "motor" indiscutible de la explosión masiva de la inteligencia artificial (IA), una tecnología que el medio califica como la más transformadora para la economía global desde la generalización de Internet. El rotativo argumenta que Huang se ha situado en el epicentro de uno de los mayores programas de inversión de capital privado de la historia moderna.

La demanda insaciable de los chips y sistemas de Nvidia, especializados en cómputo de alta potencia y arquitectura de unidades de procesamiento gráfico (GPU), ha desencadenado una ola inversora estimada en cientos de miles de millones de dólares. Esta frenética actividad, según el análisis del FT, ha tenido un efecto multiplicador tangible más allá del sector tecnológico: ha inyectado vigor a la economía norteamericana, estimulando sectores auxiliares, infraestructuras y el mercado laboral especializado, al tiempo que ha sostenido una parte significativa del mercado bursátil norteamericano en un contexto económico global marcado por la inflación y los altos tipos de interés.

El arquitecto de la nueva era

No obstante, más allá del impacto financiero inmediato, el verdadero alcance de su liderazgo, señala la publicación, reside en haber materializado la transición de la IA desde un concepto académico y experimental hacia una herramienta industrial omnipresente. Desde el diseño asistido por ordenador y la investigación científica (incluyendo el descubrimiento de fármacos y la modelización climática) hasta el sector audiovisual, la automoción autónoma y los servicios en la nube de todos los gigantes del sector (Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud), la arquitectura tecnológica de Nvidia se ha erigido como la plataforma estándar. Su software CUDA, el estándar para la computación paralela, actúa como un elemento que liga el hardware con las aplicaciones de IA más avanzadas.

Esta posición de dominio absoluto en un mercado en crecimiento exponencial ha catapultado la valoración de mercado de Nvidia a niveles históricos. La empresa, fundada por Huang, Chris Malachowsky y Curtis Priem en 1993 en Santa Clara (California), ha completado una evolución extraordinaria. Desde su especialización original en gráficos para videojuegos y el entretenimiento, ha pivotado con éxito hacia convertirse en la compañía tecnológica más valiosa del mundo, superando el hito de los cinco billones de dólares en capitalización bursátil y dejando atrás a gigantes consolidados como Apple y Microsoft. Esta ascensión refleja no solo unos resultados financieros récord, sino la percepción de los mercados de que Nvidia controla la infraestructura crítica para la próxima década tecnológica.

La fortuna personal

El ascenso corporativo ha ido directamente ligado al aumento exponencial del patrimonio personal de su carismático consejero delegado, reconocido por su imagen distintiva con chaqueta de piel. El Financial Times estima que Jensen Huang podría cerrar el año 2025 con un patrimonio neto que superaría con creces los 160.000 millones de dólares, una cifra que lo colocaría de manera estable entre las diez personas más ricas del planeta, según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Esta acumulación de riqueza, casi sin precedentes por su velocidad, es vista como un síntoma directo de la disruptiva revalorización que la inteligencia artificial ha traído a los mercados.

En definitiva, la decisión del Financial Times refleja un año 2025 definitorio, donde la inteligencia artificial ha trascendido definitivamente el ámbito de los laboratorios y los titulares especulativos para convertirse en el núcleo de una nueva revolución industrial. En este contexto, Jensen Huang es reconocido no solo como el líder de una gran empresa, sino como el arquitecto visionario que ha provisto las herramientas fundamentales y ha generado la confianza inversora necesaria para que esta transformación, con todas sus implicaciones económicas, sociales y geopolíticas, se convierta en una realidad tangible a escala global.