Las acciones de Moore Threads, el fabricante chino de chips especializados en inteligencia artificial fundado por un exdirectivo de Nvidia, han protagonizado una revalorización histórica, en la bolsa de Shanghái, que supera ya el 650% respecto a su precio de salida a bolsa la semana pasada. Este jueves, los títulos continuaban su escalada con subidas superiores al 16%, cotizando a 103 euros por unidad. La salida a bolsa de Moore Threads, que recaudó aproximadamente 940 millones de euros, se convirtió inmediatamente en la segunda mayor operación de este tipo en la China continental durante 2024 y en la que más interés ha despertado entre inversores desde 2022. Su debut bursátil, el pasado viernes, ya anticipaba el fenómeno con acciones que llegaron a multiplicar por seis su valor inicial.
Este fervor inversor no se explica únicamente por fundamentos financieros tradicionales. Moore Threads opera en el epicentro de la guerra tecnológica con Estados Unidos, beneficiándose directamente de la salida forzada de Nvidia del mercado chino debido a las restricciones de exportación impuestas por Washington. La compañía representa la materialización de la estrategia de autosuficiencia tecnológica que Pekín ha elevado a prioridad nacional en su próximo plan quinquenal (2025-2030).
El origen de Moore Threads está estrechamente ligado a su principal competidor global. Fundada en 2020 por Zhang Jianzhong, quien acumuló catorce años de experiencia en la filial china de Nvidia, la empresa inició sus operaciones en el sector de tarjetas gráficas para videojuegos. Zhang reclutó para su proyecto a varios ingenieros de alto rango especializados en GPU de la multinacional estadounidense, dotando a la empresa emergente de un conocimiento técnico excepcional en el mercado chino.
No obstante, el auge global de la inteligencia artificial provocó una reorientación estratégica hacia los aceleradores de IA y chips especializados en el entrenamiento de modelos de lenguaje extensos (LLM). Esta transición coincidió temporalmente con la inclusión de Moore Threads en la lista negra del departamento de Comercio de los Estados Unidos, una medida que forzó despidos y una reestructuración interna, pero que finalmente no ha frenado su crecimiento.
Detrás del frenesí bursátil se esconden cifras que invitan a la prudencia. La compañía ha reconocido que no espera alcanzar beneficios hasta 2027, y su facturación del primer semestre de 2024 ascendió a 8,4 millones de euros. El apoyo institucional, sin embargo, resulta significativo. Entre los inversores que apoyaron la salida a bolsa destaca Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek, quien adquirió más de 80.000 acciones a través de su fondo de inversión. Esta alianza estratégica sugiere una integración vertical en el ecosistema chino de IA.
El verdadero reto para Moore Threads trasciende el ámbito financiero y se sitúa en el terreno técnico. La compañía prepara el lanzamiento de una nueva arquitectura de tarjetas gráficas y un plan para competir con CUDA, la plataforma de programación de Nvidia que domina el mercado y constituye un ecosistema prácticamente insustituible para desarrolladores. Su operativa ya da soporte al entrenamiento e inferencia de modelos de IA basados en billones de parámetros, incluyendo los desarrollados por DeepSeek.
El caso de Moore Threads ejemplifica cómo la geopolítica está reconfigurando el panorama tecnológico global. Mientras Occidente impone restricciones a la exportación de tecnología avanzada, China responde acelerando su inversión en alternativas locales, creando oportunidades para empresas que, en circunstancias normales, se enfrentarían a dificultades insalvables para competir con gigantes establecidos. El éxito final de este modelo dependerá de si estas empresas pueden evolucionar de suplentes circunstanciales a competidores genuinos en innovación y capacidad técnica.