En un movimiento que visualiza la máxima prioridad estratégica que concede a la inteligencia artificial, Amazon ha anunciado una profunda reestructuración que fusionará tres áreas clave de su tecnología más avanzada. Según un comunicado publicado por el consejero delegado de la compañía, Andy Jassy, en la página corporativa, se creará una nueva división que integrará los equipos de Inteligencia Artificial General (IAG), de desarrollo de microchips propios y de computación cuántica.

La dirección de esta unidad de nueva creación recaerá en una de las figuras más respetadas y veteranas dentro del imperio tecnológico: Peter DeSantis. Este ejecutivo, que se incorporó a Amazon en el año 1998, ha sido durante años el vicepresidente sénior de Computación de Servicios Públicos, supervisando la mayor parte de los equipos de ingeniería de Amazon Web Services (AWS), el brazo en la nube de la compañía y su principal motor de beneficios. En su nuevo rol, DeSantis responderá directamente ante el propio Andy Jassy, un detalle que evidencia la importancia que se da a esta iniciativa.

El objetivo, según ha expuesto Jassy en su mensaje, es dar un impulso decisivo al desarrollo de la IA, una apuesta destinada a mejorar de manera significativa la experiencia de los clientes a largo plazo. Esta fusión no es casual. La inteligencia artificial moderna, especialmente en modelos generativos y de escala, depende críticamente de tres pilares: el algoritmo (el software de la IA), la potencia de cómputo (el hardware que la ejecuta) y la innovación radical en computación (como la cuántica, que promete saltos exponenciales). Al integrar estos tres ejes bajo un único mando, Amazon busca eliminar ruidos internos, optimizar recursos y alinear todos los esfuerzos hacia una visión común, acelerando así el paso en una carrera donde compite cara a cara con rivales como Microsoft, Google o Meta.

Este cambio organizativo viene acompañado de otra noticia relevante. Rohit Prasad, quien ha sido el máximo responsable de la rama de Inteligencia Artificial General y de la programación de Alexa, el asistente virtual de Amazon, abandonará la multinacional a finales de año. Su salida, en el contexto de esta fusión, parece indicar una nueva dirección en la que las iniciativas de IA más ambiciosas de la compañía se centralizarán y se pondrán en estrecha conexión con el desarrollo de hardware especializado.

El control de toda la cadena tecnológica

La estrategia de Amazon con esta reestructuración es clara: quiere controlar toda la cadena tecnológica necesaria para liderar en la nueva era de la IA. En lugar de depender únicamente de procesadores diseñados por terceros, como los de Nvidia, la compañía lleva años invirtiendo en el diseño de sus propios chips. La computación cuántica, a pesar de ser una tecnología aún emergente, representa la frontera para resolver problemas imposibles para los ordenadores actuales y podría dar a Amazon una ventaja decisiva en el futuro. Poner todo esto bajo el paraguas de DeSantis, un ingeniero con un legendario historial en la construcción y operación de la infraestructura escalable y fiable de AWS, es una declaración de intenciones.

No se trata solo de investigar, sino de industrializar e integrar estas tecnologías de vanguardia en sus productos y servicios, desde la nube de AWS hasta las experiencias de compra en la tienda en línea o las capacidades de Alexa. Con este movimiento, Amazon prepara el terreno para la próxima década, donde la supremacía en IA dependerá tanto del software como del hardware y de la visión para unirlos todos.