Los consejos de administración de las principales empresas españolas navegan en aguas desconocidas. Ante la disrupción tecnológica que representa la inteligencia artificial, se encuentran mal equipados para supervisar los complejos riesgos éticos y legales que esta conlleva. Esta es la principal conclusión del estudio Gobernanza, ética e IA: Retos para los Consejos de Administración, impulsado por el despacho de abogados Roca Junyent.

El informe, elaborado en colaboración con Ethosfera y ACC Europe, desgrana una paradoja preocupante: mientras las empresas se califican con un notable alto en materia de ética y gobernanza, la realidad estructural de sus órganos de gobierno muestra una incapacidad flagrante para traducir estos principios en acciones efectivas. La falta de perfiles tecnológicos en el seno de los consejos es el síntoma más evidente: solo un 46% cuenta con consejeros con formación o experiencia sólida en tecnología, un vacío que los deja ciegos ante las decisiones más técnicas.

La investigación pone nombre a un fenómeno creciente: el techwashing. Se trata de la práctica de proyectar una imagen de modernidad tecnológica y compromiso ético muy superior a la efectivamente existente. Un 44% de las organizaciones encuestadas reconocen que es una "preocupación real" dentro de su compañía, y admiten haber implementado medidas para combatirlo.

No obstante, las acciones se muestran insuficientes. La mayoría de empresas se limitan a programas de formación genéricos y auditorías internas básicas. Solo una de cada tres utiliza herramientas de escucha activa para medir la percepción externa o mecanismos de participación ciudadana que permitan una rendición de cuentas verdadera. Esta divergencia entre la retórica y la realidad opera como un terreno fértil para los riesgos reputacionales y legales.

Marlen Estévez, experta en resolución de conflictos, consejera y presidenta de la comisión de innovación de Roca Junyent, y directora del estudio, lo ha expresado así: "La inteligencia artificial está transformando la responsabilidad corporativa y los modelos de supervisión. El mayor riesgo para los consejos de administración no es solo el techwashing, sino la brecha entre la madurez declarativa y la capacidad operativa para supervisar eficazmente los riesgos tecnológicos y éticos".

Estévez insiste en que "solo con formación especializada, supervisión activa y comités multidisciplinares se podrá ejercer un liderazgo informado y ético en un entorno donde la innovación avanza más rápido que la regulación. Estamos ante un cambio de paradigma que exige consejeros que no solo entiendan de negocios, sino también de algoritmos".

El ascenso del consejero jurídico como el arquitecto de la gobernanza

El informe sitúa al director jurídico en el corazón de la solución. Su función ya no se limita al asesoramiento reactivo, sino que está llamada a liderar una transformación proactiva. Beatriz Rodríguez, socia de Tecnología, Cyber, IA y Protección de Datos de Roca Junyent y coautora del informe, subraya este punto: "La dirección jurídica tiene la oportunidad de transformarse en arquitecta de una gobernanza tecnológica responsable, contribuyendo a que las decisiones se adopten dentro del marco legal y ético corporativo".

Rodríguez argumenta que "las organizaciones que logren cerrar la brecha entre marcos aprobados y capacidades desarrolladas construirán ventajas competitivas sostenibles basadas en la confianza y el liderazgo ético en la era de la inteligencia artificial. El cumplimiento normativo debe integrarse desde el diseño mismo de los sistemas y productos".

Las recomendaciones del estudio son contundentes y constituyen una hoja de ruta ineludible para los Consejos:

  • Evidencias, no palabras: Exigir pruebas tangibles de la implementación ética de la IA, yendo más allá de las meras declaraciones de principios.
  • Infiltración tecnológica: Incorporar de manera urgente perfiles tecnológicos en los Consejos y en los comités de riesgos y auditoría.
  • Formación práctica y continuada: Implementar programas de formación para los consejeros que vayan más allá de la teoría y los capaciten para hacer preguntas críticas sobre los modelos algorítmicos.
  • Auditoría externa y participación: Establecer procesos de auditoría externa independiente para los sistemas de IA de alto riesgo y crear mecanismos de participación ciudadana.
  • Retribución ligada a la ética: Vincular una parte de la compensación variable de la alta dirección al logro de métricas éticas reales, y no solo financieras.

Joan Roca, presidente ejecutivo de Roca Junyent, ha lanzado un mensaje contundente a los líderes corporativos: "El futuro de la gobernanza corporativa se construye hoy. Quienes lideren esta transformación definirán el estándar ético y competitivo de la próxima década. Invitamos a los consejos de administración a asumir el liderazgo que demanda el momento histórico que vivimos". La conclusión es inapelable: las empresas españolas se encuentran en una encrucijada crítica. Han desarrollado marcos éticos en sus papeles, pero carecen de las capacidades técnicas para hacerlos efectivos. En la era de la IA, esta brecha no es solo un problema de gobernanza; es un riesgo existencial para el negocio.