El roboadvisor Indexa Capital se ha estrenado esta semana en la bolsa española –mercado BME Growth- con una subida del 39%. El pasado miércoles comenzó su cotización con un precio de partida de 10,3 euros y ha terminado el viernes en los 14,3 euros por acción. Este valor cotiza por el sistema de fixing que consiste en hacer dos cambios al día, uno a las 12 horas y otra a las 16 horas, inaugurando en España el segmento de las llamadas Fintech, término que indica tecnología en el mundo financiero. Abarca gestores de fondos, comisiones de compraventa en Bolsa, medios de pago, créditos instantáneos, etcétera. Una variedad de servicios que hace imprescindible conocer en profundidad su negocio a la hora de decidirse a invertir en Fintech.

Indexa Capital se dedica a la gestión de carteras de fondos, ayudándose para ello en la robótica que selecciona estas carteras y las vas modificando de acuerdo con el perfil de la inversión. Estos fondos son de gestión pasiva por lo que tienen unas comisiones muy bajas y también Indexa Capital cobra un porcentaje bajo por hacer esta gestión semirobotizada

Aunque con muchos años de retraso, llega al mercado español una compañía Fintech, después de contar ya con bastante tradición en otros mercados como el estadounidense Nasdaq, donde se cuentan por centenares las compañías que ofrecen servicios financieros apoyados en la tecnología, casi siempre de pequeño tamaño y en actividades emergentes y, por tanto, poco consolidadas. Así, los tradicionales negocios financieros de la banca española y de las aseguradoras se ven ahora acompañados por vez primera con otra forma de hacer negocio con el ahorro de sus clientes.

Estos valores, que ofrecen una amplia gama de servicios financieros, han vivido en los últimos años unos movimientos muy fuertes al alza y a la baja. Los tipos de interés al alza del último año perjudican a las dedicadas a realizar préstamos, ante la previsión de que aumente la morosidad. Sin embargo, benefician a las que se dedican a la gestión de patrimonio, ya que pueden lanzar ofertas más interesantes que la banca debido a sus estructuras de bajos costes. Por otra parte, las bruscas oscilaciones en el sector de la tecnología también les influyen para lo bueno y para lo malo. 2022 fue un año pésimo para la tecnología por la subida de los tipos de interés y la caída de beneficios tras el boom que vivieron durante la pandemia, pero este 2023 han vuelto a resurgir al calor de la mejora del sentimiento inversor para todo aquello que llevase el marchamo tecnológico. La volatilidad en sus precios ha sido una constante en la evolución de estos valores cotizados. 

Un reciente estudio del think-tank Funcas, ligado a las cajas de ahorros, explica las dificultades que de las salidas a Bolsa de estas Fintechs en Estados Unidos y los malos resultados que han obtenido sus accionistas. Así, la mayor parte de las Fintechs que salieron a bolsa desde marzo de 2020 en Estados Unidos han experimentado pérdidas en sus valoraciones bursátiles.  El índice Fintech IPO que recoge la evolución de las valoraciones de cerca de 48 Fintech refleja una caída media del 54%. De hecho, según dicho índice, solo dos de ellas, Futu Holdings y Bill.com han experimentado subidas desde su oferta pública de venta inicial. Algunas relevantes como Flywire (-20%), Upstart (-36,9%), Nubank (-52,1%) o Affirm (-86,3%) han visto como el valor de sus acciones caía significativamente en los mercados financieros. Y aunque la mayor parte de estas Fintechs cotizan en el Nasdaq, su evolución ha sido peor que la de este índice de referencia para las empresas tecnológicas. 

Exigencia de beneficios

“Las tendencias inflacionistas, la caída de la actividad económica y la incertidumbre financiera con la quiebra de algunas entidades bancarias ligadas a este sector están generando un elevado grado de incertidumbre que se está traduciendo en mayores niveles de volatilidad en los mercados financieros. A pesar de este entorno complicado, algunas Fintechs están logrando mostrar su capacidad para generar beneficios. En cualquier caso, como apuntan los expertos, parece que el mercado está exigiendo algo más que alcanzar el punto muerto contable. Sin duda, el año 2023 será una prueba de fuego para el conjunto del sector Fintech”, explican desde Funcas. 

En cuanto a la exigencia de buenas cifras, Indexa comenzó a obtener beneficios en 2020 después de cinco años de pérdidas. Cerró 2022 con unas ganancias de 395.000 euros, frente a las 274.000 del año anterior. En el primer trimestre de 2023 los beneficios brutos han sumado  132.000 euros, con una progresión muy favorable que el inversor ha valorado con su buena acogida en bolsa.