La semana laboral de cuatro días, defendida en España por algunos líderes políticos de la izquierda como Íñigo Errejón y apuntada de manera velada por la ministra de Trabajo Yolanda Díaz hace unos días cuando defendió reducir las 40 horas laborales, ha encontrado una alianza entre las multinacionales de recursos humanos y trabajo temporal. Al menos, verbalmente, ya que el consejero delegado de la empresa holandesa Randstad, Sander van't Nooerdende, ha defendido en un panel sobre el tema el Foro Económico de Davos esta semana de cuatro días siempre y cuando sea "flexible y consensuada entre el empleado y la empresa". Fuentes de la empresa explican a ON ECONOMIA que, en España, ofrecen como opcional la jornada de cuatro horas, aunque lo hacen con una reducción proporcional de sueldo. 

Más allá de los días de trabajo, el directivo ha asegurado que el problema que afrontan las empresas es el talento. La conciliación, la flexibilidad y la reducción de jornada son desde hace tiempo valores al alza en las empresas para combatir las renuncias laborales, los cambios de trabajo y para retener el talento. Pero en un contexto en el que las grandes empresas expertas en la materia insisten en estos puntos, son pocas las que se posicionan adoptando medidas concretas como la semana de cuatro días, los horarios flexibles adaptados al trabajador o la apuesta decidida por la conciliación. Es más, sin ir más lejos, en España las cuatro grandes consultoras o big four, empresas en teoría a la vanguardia de los recursos humanos (Deloitte, EY, KPMG Y PwC), se enfrentan a multas de hasta 7.500 euros después de inspecciones que mostraban una gran carga horaria y horas extra sin cobrar. 

En el panel se ha abordado si es mejor apostar por los cuatro días laborales a la semana o bien ofrecer una flexibilidad al trabajador. En ese sentido, la ministra de Asuntos Sociales y Trabajo de Holanda, Karien van Gennip, ha advertido de algunos peligros de la jornada de cuatro días laboral opcional, que en su país ofrecen algunas empresas. "Tenemos a muchas mujeres trabajando cuatro días y muchos hombres que trabajan cinco. Lo ideal sería que todo el mundo trabajara cuatro días, porque así las mujeres tendrían más autonomía pero también los hombres se ocuparían más de las tareas del hogar y los hijos", ha dicho la ministra neerlandesa, que ha lamentado que ahora ese trabajo no remunerado recae "en los hombros" de las mujeres. "Pero la jornada de cuatro días también es inflexible", ha alertado la ministra. "Necesitamos pensar qué tipo de trabajo podemos ofrecer a la gente que necesita más flexibilidad", ha añadido. 

En ese mismo sentido, Noordende, de Randstad, ha aclarado que más allá de si se trabajan tres o cuatro días a la semana, el mayor problema al que se enfrentan las empresas es la falta de talento. Un empleado cualificado no puede ser sustituido por otro cualquiera, y "hay momentos en los que una persona es insustituible", sobre todo en las empresas de menor tamaño, de ahí que más que plantear un modelo rígido de semana de cuatro días, haya que plantear modelos flexibles "consensuados entre la empresa y el trabajador".

La secretaria general del sindicato UNI Global Union, Christy Hoffman, ha señalado que "no es lo mismo trabajar cuatro días a la semana que cuatro horas al día en vez de ocho, y no es fácil tampoco hacer jornadas de 10 o 12 horas en según qué trabajos", como los de asistencia o el sector de servicios. Aparte, hay que tener en cuenta a los trabajadores irregulares y la economía sumergida, que "no está sujeta prácticamente a ninguna norma".

Flexibilidad y bienestar

En este sentido, la ministra de Trabajo holandesa, Karien van Gennip, ha incidido en el hecho de que "el empleo en servicios tiene una necesidades concretas que no se puede reducir, y si se reducen las jornadas no se alcanzan salarios dignos". Van Gennip ha defendido también la flexibilidad, pero siempre y cuando "ello no repercuta en el bienestar del trabajador".

En España, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha anunciado ayudas de hasta 150.000 euros a aquellas pymes que pongan en marcha la semana laboral de cuatro días, lo que permitirá mejorar las condiciones laborales. El proyecto, que se financiará con una partida de 10 millones provenientes de los presupuestos generales del Estado de 2023 y tendrá una duración mínima de 24 meses, ofrecerá estas ayudas para llevar a cabo determinados procesos organizativos dentro de la empresa. En un primer momento está destinado únicamente a pymes industriales, así como a servicios técnicos como el que desarrollan las consultoras, siempre que la jornada laboral se reduzca, como mínimo, en un 10 %.

En medio de una transición ecológica y digital que cambiará el panorama del empleo mundial, los paradigmas del trabajo también evolucionan. Así, la combinación entre teletrabajo y trabajo presencial, modelo conocido como mixto o como trabajo asíncrono, es otro de los grandes desafíos de las empresas. Más allá de la gran renuncia, la actitud de los trabajadores es cada vez más la de estar predispuestos en todo momento a cambiar de trabajo. No siempre a la búsqueda de mejores sueldos, sino en muchas ocasiones de mayor flexibilidad o de unos valores empresariales más cercanos a los suyos. 

Si a eso le sumamos una transición en la cual la falta de talento no se completa con las personas que están buscando empleo, ya que las competencias buscadas, especialmente las digitales y tecnológicas, no están siendo encontradas en el mercado, la desesperación por retener talento es mayor. Con todo, la cultura de la productividad extrema y del presencialismo impide todavía que muchas empresas se sumen al carro de la flexibilidad o de las reducciones de jornadas. En muchas ocasiones, además, la combinación entre teletrabajo y trabajo presencial amenaza el derecho a desconexión de los trabajadores, reconocido en España por la ley del teletrabajo. El debate sobre la jornada de cuatro días, que en 2021 puso también sobre la mesa Desigual al aplicarla con reducción de salario proporcional, seguirá, pero irá de la mano de muchas otras modalidades de conciliación, donde las necesidades del trabajador adaptadas a las de la empresa marquen el camino.