Un buen líder empresarial es aquel que vela por su credibilidad ante su estructura directiva y laboral, aquel que afronta los riesgos con la toma de decisiones y aquel que, pese a su cargo, sigue anclado en la realidad del día a día. Estas tres características definirían el perfil de un alto ejecutivo en una gran corporación industrial internacionalizada, según el entender de los consejeros delegados de Johnson & Johnson, Joaquín Duato; de Merck, Belén Garijo; y de Seat, Wayne Griffiths. Estas corporaciones industriales han tenido su espacio de debate y análisis sobre la gobernanza empresarial y el liderazgo ejecutivo en una de las mesas de la Reunió del Cercle d’Economia, bajo el epígrafe Liderazgos globales… de Barcelona a Fráncfort y EE. UU., que ha moderado Maite Barrera, vocal de la junta directiva de la entidad y presidenta de Barcelona Global.

Los altos ejecutivos de estas tres compañías han abordado diversos aspectos de la gobernanza empresarial y de los retos que afrontan para mantener la excelencia de sus empresas, en un contexto económico global. Entre los desafíos del presente han expuesto la aparición de nuevas tecnologías que “seguramente darán pie a una tercera revolución industrial”, ha mencionado Duato. Con Belén Garijo, su homóloga en el sector farmacéutico, han expuesto que la inteligencia artificial regenerativa contribuirá en gran medida a los avances farmacológicos y a las nuevas técnicas médicas para mejorar la salud de las personas. No obstante, han reconocido que en sus respectivas organizaciones se están desarrollando códigos de ética para potenciar el buen uso de estas tecnologías y han advertido de que los gobiernos deberán regular en este sentido. También han comentado la importancia de la bioconvergencia, que “nos permitirá avanzar de tal manera que en los próximos 10 años tendremos tantas o más innovaciones que en los últimos cien años”, ha dicho Duato. Muchas de estas innovaciones se centran en la bioconvergencia, una tendencia reciente en la investigación médica que combina biología, ingeniería, inteligencia artificial, aprendizaje automático, impresión 3D y nanotecnología, junto con otros campos relacionados y que en empresas como Merck “ya la estamos aplicando en algunos ámbitos en estrecha colaboración con otras empresas”, ha manifestado Garijo.

En el caso de las marcas Seat y Cupra, su máximo responsable, Wayne Griffiths, es también un claro defensor de la tecnología para la transformación de su sector que, “o se transforma o desaparecerá”, ha asegurado. Para Griffiths, “la tecnología es un reto, pero a la vez una oportunidad” que hay que utilizar, pero “sin olvidar que no puede sustituir a las emociones”, por ejemplo, en un mercado como el automovilístico.

Admiten estos ejecutivos que “la covid ha marcado un punto de inflexión en el liderazgo de las organizaciones empresariales”, desde muchos puntos de vista. Que la resiliencia de las compañías ha sido una pieza indispensable para afrontar esta crisis, tanto en una empresa familiar como Merck -en la que está a punto de entrar la décima cuarta generación- que tiene muy claro cómo hay que gestionarla de forma profesional, a imperios industriales como Johnson & Johnson, que “juegan con ventaja porque tienen los criterios de gestión más consolidados”, o marcas como Seat y Cupra que “son responsables del futuro, de lo que va a pasar, y más en un contexto con tan alta incertidumbre”, ha concretado Griffiths.

En este sentido, han expuesto su valoración sobre la influencia de la geopolítica en sus líneas de management. Han expuesto su preocupación por la polarización en bloques -Ásia, Europa y Estados Unidos- y el resurgir del proteccionismo. El consejero delegado de Seat -una industria que ha sobrellevado la falta de semiconductores- ha respaldado las alianzas industriales internacionales y ha instado a la Unión Europea a acrecentar su resiliencia y su liderazgo mundial.

Para finalizar, los empresarios se han autodefinido. Duato cree que quienes le conocen le ven como un ejecutivo “global, optimista y decidido”. Belén Garijo sería “ambiciosa, exigente, comprensiva e intuitiva”, y Griffiths, “inspirador, auténtico y generoso”. Entre los momentos más distendidos de la conversación que han tenido los tres ejecutivos ante los asistentes a la Reunió del Cercle d’Economia, el dominio del inglés ha despertado alguna que otra risa: Duato se pregunta por qué, después de 21 años viviendo en Norteamérica, sus interlocutores aún observan su acento de inglés no nativo y ha hecho notar al británico Griffiths que expresarse en un buen inglés británico transmite seriedad. Y Belén Garijo se ha lamentado de que, en ocasiones, los interlocutores olvidan que “detrás de una persona que habla con acento hay gente supercompetente”.