Quien más quien menos, en algún momento ha tenido una idea que cree brillante, única y rompedora como para crear una empresa. O ha comentado con sus amigos aquella mítica solución a sus problemas: "abramos un bar". La gran mayoría de ideas e iniciativas, sin embargo, nunca se llevan a cabo, o porque la persona en cuestión no se atreve a dar el paso, o porque no tiene dinero para invertir en lo que quiere, o bien porque no podría permitirse estar sin trabajar para implicarse al cien por cien. Pero además, una vez creadas, nueve de cada diez startups no llega a los tres años de vida y una de cada cinco empresas creadas no aguanta ni doce meses. Hoy, Día Mundial del Emprendimiento, te damos algunas claves de los pasos a seguir si quieres montar una empresa y también algunos de los errores más comunes a evitar. 

En primer lugar, "más que encontrar una idea, tienes que tener claro que quieres invertir", explica Erik Brieva, presidente de Bcombinator, incubadora y aceleradora de startups. "Veo que hay mucha gente que tiene buenas ideas, ha estudiado el mercado pero no se decide a dar el paso, o dan el paso a medias. Tienes que estar decidido, dejar de buscar trabajo e implicarte en la inversión", completa. 

Paso dos. Una vez tienes claro que quieres invertir, y aunque en muchas ocasiones la decisión viene de la mano de una idea, es importante escoger y acotar el campo en el que invertir. "Más allá de buscar inspiración o una idea genial, es importante invertir en un campo que conozcas bien, en el que tengas experiencia", añade Brieva. "Busca algo que te guste, que se te de bien y te defina. ¿En qué eres bueno? ¿Qué se te da bien? ¿Comunicar, hablar de finanzas, programar?", añade la emprendedora Elisabeth Martínez, directora de operaciones de Nuclio y fundadora y ex CEO de la aceleradora de startups Conector. Una vez encontrado el sector y la idea inicial, ambos recomiendan "buscar un problema y algo que le dé solución" a la hora de concretar. 

Tercera etapa. Si ya tienes clarísimo cuál es el sector y la idea, toca "investigar exhaustivamente el mercado", coinciden ambos. "Es muy habitual creer que eres el primero en hacer algo, pero no suele ser así. Hay que hacer un buen estudio de mercado y mirar lo que está haciendo cada empresa del sector, quién invierte en ellas y en qué invierte cada empresa", apunta Martínez. "Hacer un estudio de mercado también es preguntarte quién pagará y cuánto pagará por lo que vas a ofrecer", añade Brieva. El experto en finanzas y director de los Másters en FInanzas y Contabilidad de EADA Jaume Bonet añade también que es necesario "saber cuáles serán tus ventajas competitivas" en este mercado y ver si serás capaz de hacer lo que te propones, porque "el papel lo aguanta todo" pero a veces la realidad no. 

La cuarta clave para emprender es "escoger un equipo diverso, con diferentes habilidades", advierte Elisabeth Martínez. "Es importante saber qué habilidades se necesitan en el sector donde vas a invertir, si es importante el e-commerce, el marketing digital u otras habilidades, y no escoger a gente muy parecida. Muchas de las empresas que cierran o no tiran adelante es por una mala confección del equipo, diferencias entre los fundadores, etc.", aporta Martínez,  que cree que "un error habitual es juntar a tus cuatro amigos con los que has estudiado en Esade para empezar tu negocio", ya que "seguramente, sois perfiles muy similares". Así, Elisabeth pasa de una de las claves para emprender al primero de los errores prohibidos: escoger un equipo muy similar a ti

Una vez ya tienes la decisión, la idea, el sector y el equipo para montar un negocio, toca pasar a la acción. Lo primero es escoger un nombre y registrar la empresa en el registro mercantil, pero para la parte burocrática lo ideal es contratar a un gestor, así que este será el quinto paso. "Si es una startup, lo ideal es tener un abogado desde lo antes posible", advierte Martínez. En el caso, preferible, de que la empresa esté fundada por varios socios, hará falta que hagáis un pacto de socios. Existen startups como Seedfy que sirven para automatizar y digitalizar todos los procesos burocráticos. 

¿Cómo financio mi empresa?

Y, con el sexto paso, llega también el más complejo: la financiación, que merece capítulo aparte. Bonet, de EADA, apunta que "lo importante es saber cuáles serán tus futuras necesidades financieras en los próximos cinco años" y calcularlo, proyectando un balance y una cuenta de resultados. A la hora de financiarse, hay dos vías: los fondos propios y las fuentes externas, que pueden ser créditos bancarios, préstamos personales o créditos a emprendedores, que la administración pública ofrece desde diferentes niveles con intereses más bajos que los bancos. 

"Muchas veces la gente se olvida que las necesidades operativas de financiación (NOF) no comprenden solo el activo inmovilizado, o sea, la maquinaria, sinó también las existencias, el inventario, lo que deberé a los proveedores...y que algunos clientes no me pagarán al contado. Es por eso que para emprender muchas veces lo ideal es tener a un asesor financiero", alerta Bonet. 

Antes de llegar a los bancos,y llegamos al séptimo paso, existe entre las startups la triple F, Family, Friends and Fools (familiares, amigos y tontos), que básicamente se trata de buscar entre gente cercana inversores en tu empresa. La figura de los business angel o las incubadoras de startups también sirven para ayudar a impulsar los negocios en su época de gestación. 

El octavo paso es el banco, una vez ya sabes con cuánta financiación propia y de inversores cuentas. "Desde la crisis financiera de 2008, los bancos rara vez dan préstamos a las empresas nuevas, así que en el caso de los préstamos seguramente haya que pedirlos personalmente. Es importante no poner tu casa o tu familia en riesgo, que se han dado casos. Una cosa es ser un emprendedor y la otra un suicida, la línea es muy fina", explica Bonet, que apunta a que el máximo de financiación externa a que se puede aspirar es al 50% del negocio. "Tiene sentido, si tú apuestas un euro a tu negocio el banco te dirá que él no va apostar dos", resume. 

"El mito de la empresa que nació en un garaje tiene que ver con que antes te daban préstamos y te pedían como garantía acciones de la empresa. Ahora te preguntan: qué tiene tu padre que puedas dejar como garantía?", lanza Bonet, que advierte también, que para pedir financiación hay que tener "una buena planificación financiera". Ante el banco, los siete pasos anteriores vuelven a cobrar valor: cuanto más convincente, confiable y eficaz sea tu planificación, mejor. La proyección económica, apunta Bonet, "tiene que prever tres escenarios: el esperado, el optimista y el pesimista", de forma que el pesimista no suponga una debacle ni para ti ni para el banco. 

Bonet cree que, incluso antes que los números, es importante tener un buen equipo de gestión. "Pongo como ejemplo a Lewis Hamilton. Seguramente, Lewis Hamilton con mi coche pueda hacer maravillas y, en cambio, yo con un fórmula 1 no llegue a los cincuenta metros. O sea, una buena idea mal gestionada puede ser un fracaso y una mala idea bien gestionada puede funcionar bien", advierte Bonet. 

Si tanto Bonet como Martínez ven en escoger un mal equipo uno de los errores comunes a evitar por un emprendedor, el profesor de EADA añade tres más: el primero, hacer proyecciones demasiado optimistas, el segundo, menoscabar a la competencia y pensar que se quedarán quietos y el tercero, quemar la caja y quedarte sin dinero. "Los bancos no dan muchas alegrías, pero hay que darles garantías y para ello hay que crecer con cabeza. Si te quedas sin financiación o gastas muy por encima de tus posibilidades, estás condenado", remata.