El nuevo presidente del consejo de administración de la siderúrgica Celsa, Rafael Villaseca, se ha reunido este viernes con el presidente saliente y representante de la familia fundadora y expropietaria del grupo, Francesc Rubiralta, en el marco de una visita a las instalaciones de la multinacional en Castellbisbal (Barcelona). Un acto que ha ejemplarizado la toma de posessión y control del grupo por parte de los fondos acreedores, actuales propietarios de la empresa. En el encuentro, Villaseca ha conversado con responsables ejecutivos de los órganos de dirección del grupo y con los representantes del comité de empresa, según han informado en Efe fuentes del sector. Villaseca ha mantenido este primer intercambio de información después de que los nuevos propietarios de la compañía, los fondos acreedores, lo nombraran oficialmente presidente no ejecutivo.

Villaseca ha ido acompañado de Sergio Vélez, responsable de FTI Consulting España y que ocupa el cargo de director general interino, hasta el mes de enero próximo, cuando asuma estas responsabilidades Jordi Cazorla, el ingeniero industrial en quien los fondos han depositado la confianza para dirigir todo el grupo y aplicar el plan de reestructuración que los acreedores presentaron y se aprobó en una sentencia judicial sobre el proceso de concurso de acreedores. La decisión del Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona dio vía libre en los fondos (entre los cuales se cuentan Deutsche Bank, SPV Global, Sculptor Investment o Anchorage Capital) para tomar el control de Celsa, hasta entonces en manos de la familia Rubiralta, fundadora del grupo.

Los dos nuevos responsables de reflotar la compañía, que acumula una deuda de unos 4.000 millones de euros, han mantenido un encuentro con el equipo directivo y el comité de empresa. Reiteradamente, los sindicatos han reclamado en los fondos acreedores que garanticen la estabilidad de la compañía, que no troceen el grupo y que preserven el plan industrial diseñado por la familia Rubiralta, fundadora y ahora exaccionista.

Celsa, uno de los principales productores de acero de Europa y de los principales consumidores industriales de energía de España, ocupa unos 10.000 trabajadores, 4.000 de los cuales en España, cuenta con seis grupos empresariales y tiene presencia en nueve países del continente europeo, con un peso importante en Reino Unido y Polonia.

A lo largo de esta semana, los acreedores han hecho los últimos trámites administrativos para llevar a cabo el plan de reestructuración aprobado el 1 de septiembre por sentencia judicial, con el que Celsa tiene que reducir la deuda en 1.400 millones de euros y ha ampliado en cinco años, hasta octubre del 2028, el vencimiento de la deuda restante. La toma de control por parte de los fondos recibió el aval del gobierno central con la condición que se implementara un consejo independiente, se mantenga la plantilla y las capacidades productivas en España y se incorpore a un socio industrial para fortalecer la gestión de la compañía, entre otros.