Toyota ha reconocido que su filial Toyota Industries Corporation (TICO) cometió mediciones irregulares de potencia de tres motores diésel fabricados por la firma e instalados en diez de sus modelos vendidos a escala global. Aunque una nueva verificación de los productos afectados confirmó que los motores y vehículos afectados cumplen con los estándares legales, Toyota ha decidido suspender temporalmente los envíos de los motores y modelos equipados con ellos.

Entre los modelos afectados están el Land Cruiser Prado, el Land Cruiser 300, el Hilux, el Fortuner o la furgoneta Hiace. "No es necesario dejar de usar los motores o vehículos afectados", aseguró este lunes la empresa en un comunicado donde pide disculpas por los inconvenientes y la preocupación ocasionada, según recoge EFE.

El fabricante explicó que las irregularidades consistieron en que durante las pruebas de certificación, TICO midió el rendimiento de los caballos usando un software diferente al utilizado en la producción en masa, arrojando resultados que presentaban menos variaciones.

El grupo Toyota se ha visto afectado por una serie de casos de irregularidades en los controles de calidad de vehículos, el más reciente el de su filial de minivehículos Daihatsu, que paralizó sus envíos globales tras descubrirse que las pruebas de seguridad o emisiones de la mayoría de sus modelos fueron manipuladas.

En marzo de 2022, otra de sus filiales, Hino Motors, admitió haber presentado datos fraudulentos sobre emisiones y economía de combustible a las autoridades niponas.