Silence, la marca de micromovilidad de Acciona, ha inaugurado sus primeras catorce estaciones en París y su área metropolitana, con planes de expansión por la Costa Azul (Niza y Cannes) antes de que finalice el año. Este movimiento representa no solo una expansión comercial, sino la validación internacional de un ecosistema de recarga diseñado para superar una de las principales barreras para la adopción del vehículo eléctrico: el tiempo de inmovilización para la recarga.

El despliegue en Francia replica la arquitectura ya consolidada en España, donde Silence ha establecido una red de más de 160 puntos de batería. Estas instalaciones funcionan como "granjas" donde los usuarios de los vehículos de la marca pueden sustituir, en un proceso automatizado que dura aproximadamente 30 segundos, su batería descargada por otra completamente cargada.

Esta operatividad, que el fabricante asegura que es más rápida que el suministro de un vehículo de combustión, busca ofrecer una solución práctica a los residentes de grandes áreas urbanas que no disponen de un punto de recarga en el domicilio.

La ubicación de estas estaciones es clave para su accesibilidad. En Francia, la mayoría se han instalado en estaciones de servicio del grupo Esso, fruto de un acuerdo de colaboración que permite aprovechar la red ya existente de puntos de servicio. El resto se localizan en aparcamientos estratégicos y en espacios propios de la marca, como sus concesionarios en la capital francesa. Paralelamente a la implantación de la infraestructura, Silence abre en el mercado francés su sistema de suscripción mensual de baterías, un modelo de negocio que ha sido fundamental para su crecimiento en España.

Este sistema permite a los clientes adquirir el vehículo sin las baterías, lo cual reduce el precio de adquisición inicial hasta un 30%. A cambio, el usuario paga una cuota mensual que incluye el uso de las baterías, su mantenimiento y los ciclos de intercambio en las estaciones. El enfoque, según analistas del sector, traslada la propiedad del principal componente con obsolescencia programada (la batería) del particular a la empresa, liberando al usuario de las preocupaciones sobre la degradación del componente o la aparición de tecnologías más eficientes.

Una de las singularidades de Silence dentro del mercado francés es su apuesta por un ecosistema integrado. La compañía se presenta como pionera en ofrecer vehículos eléctricos de dos y cuatro ruedas que utilizan el mismo sistema de batería extraíble. Esto significa que tanto la moto como el coche comparten la misma unidad de batería y, por lo tanto, pueden usar la misma red de estaciones de intercambio. Esta interoperabilidad optimiza la infraestructura y amplía la base de usuarios potenciales.

El catálogo de Silence en Francia se nutre de dos productos principales:

-Silence S01: Se trata de un scooter eléctrico que, según datos de la compañía, ha sido líder de ventas en Europa durante los últimos cinco años. Con una batería de 5,6 kWh, ofrece una autonomía homologada de hasta 136 km. Su versión S01+, con prestaciones superiores, alcanza casi los 120 km/h.

-NanoCar S04: Este vehículo, comercializado en Francia exclusivamente a través de la red de concesionarios de Nissan, está homologado como cuadriciclo ligero y pesado. 

La expansión de Silence en Francia se inscribe en un contexto europeo de creciente restricción al tráfico de vehículos contaminantes en los centros urbanos y de fuertes incentivaciones públicas hacia la electrificación. Las Zonas de Bajas Emisiones se multiplican por todo el continente, y vehículos de bajas emisiones y dimensiones compactas, como los que ofrece Silence, encuentran un terreno fértil para su desarrollo.

El modelo de intercambio de baterías, mientras tanto, se consolida como una alternativa viable a la recarga convencional para flotas de alquiler, servicios de la última milla y usuarios privados en entornos densamente poblados, marcando posiblemente un camino a seguir para otros fabricantes en el segmento de la micromovilidad.