Josep Santacreu lleva tres meses como presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, tiempo suficiente para que haya sido consciente de la magnitud de la institución que lidera y que los cambios que quiere hacer no serán fáciles. En la copa de Navidad que la Cambra ofreció este martes a los periodistas, Santacreu anunció que a mediados de enero presentará un plan de actuación para "recuperar el orgullo" de la entidad. El directivo de Guissona no entró en detalles, pero según ha podido saber ON ECONOMIA, el plan no es casual, sino que es poco menos que un plan de choque, a un año, para poner orden en la institución, con el apoyo de un nuevo auditor.

El nuevo presidente de la Cambra de Comerç ya dijo durante la campaña que quería darle un giro. Tanto desde el punto de vista de enfoque, que en los últimos años, con Mònica Roca y anteriormente, con Joan Canadell, fue muy político, como de gestión. Santacreu había criticado algunas inversiones, como el hub del edificio de la Diagonal, y la contratación de medio centenar de empleados en los últimos años aunque las cuentas de la institución estaban en números rojos.

Al aterrizar a la entidad cameral, el exconsejero delegado de DKV se encontró con dos circunstancias: la primera, que el barco era mayor, y más complejo de gestionar, de lo que se esperaba, y tiene que dedicarle más horas de lo que pensaba. La segunda, que la situación económica era delicada, con unos gastos más altos de lo que creía y las prioridades desenfocadas. Por todo ello, aparcó su idea de hacer un plan estratégico a 4 años y está diseñando el plan a un año.

La Cambra disparó los gastos de personal de 6,8 a 8,9 millones mientras acumulaba 1,5 millones de pérdidas

La previsión de Santacreu es tener a punto el plan, que está elaborando su equipo más estrecho, para que el comité ejecutivo de la Cambra lo apruebe el 15 de enero y el pleno de la institución, el 25. Entonces lo hará público. También tiene que decidir por el camino a los representantes de la Cambra en decenas de instituciones, como el Port de Barcelona, que está pendiente de que se acabe de decidir la estructura.

El plan lo guardan celosamente las personas de máxima confianza de Santacreu, pero a grandes rasgos, se basará en ordenar las prioridades, gastos e ingresos de la Cambra, con el objetivo que sea rentable y dé el mejor servicio posible a las empresas. En los últimos tres años, la entidad ha perdido más de 1,5 millones de euros. Después de la sacudida de 2020, el año de la pandemia, en el que perdió 477.000 euros, a duras penas mejoró en 2021 (300.000 euros de pérdidas) y empeoró en 2022, con unos números rojos de más de 800.000 euros.

Estas pérdidas las ha sufrido por un incremento de los gastos mientras los ingresos casi no crecen: pasaron de 20 millones en 2020 a 18 en 2021, para congelarse sobre los 19,5 los últimos dos años. Los gastos de personal han pasado, en este tiempo, de 6,8 a 8,9 millones, un 30% más. De hecho, la entidad ha aprovechado que se acababa el contrato con el auditor de la Cambra para cambiarlo y ha contratado a Grant Thornton para auditar las cuentas de este 2023.

La vieja cartera de Santacreu

Santacreu disfrutó de su primer brindis navideño como presidente de la Cambra de Comerç, con el orgullo de quien pisa un escenario que para él es simbólico. En la Llotja de Mar de Barcelona, lo escenificó con una vieja cartera de piel sobre el atril, cuyo significado explicó: "Es la cartera con la que mi padre y mi tío vendían, cada lunes por la mañana, desde Massoteres (la Segarra) hasta la lonja de grano, y el premio para mi hermano y para mí era poder llevar la cartera con los albaranes, los pedidos y algún dinero".

El directivo se rodeó en el escenario de su equipo directo e hizo subir también a Pau Relat, presidente de la Fira de Barcelona propuesto por la Cambra en la era de Eines de País, pero que es una de las personas que más próximas a Santacreu se mostró, sobre todo en las conversaciones informales posteriores con los periodistas y directivos de otras instituciones con vinculación con la Cambra, como Mateu Hernández, flamante director general de Barcelona Turismo, que acompañaron a Santacreu.