Laboratorios Rovi se enfrenta a un nuevo escenario post-pandemia de la Covid-19 en el que la incertidumbre asociada a la evolución de la enfermedad es muy alta, por lo que no es posible evaluar, de forma precisa, el impacto que este nuevo escenario pudiera tener en su negocio de fabricación a terceros. Con esta claridad concretó el laboratorio español sus pronósticos para 2023, año en el que prevé una caída de los ingresos operativos del 10%, tras el anuncio de que entre enero y septiembre pasado las ventas totales se incrementaron en un 24% hasta alcanzar los 576,8 millones, en tanto que fuera de España crecieron un 39% en tasa interanual, hasta 383,1 millones, y representaron el 67% de los ingresos operativos en los nueve primeros meses de 2022 frente al 60% en el mismo periodo de 2021. El objetivo para el conjunto de este año es alcanzar los 600 millones, lo que supondrá un incremento cercano al 20%.

Ello demuestra que el efecto positivo que ha obtenido la compañía a tenor del acuerdo de formulación, llenado aséptico, inspección, etiquetado y empaquetado en sus instalaciones para la vacuna de la firma estadounidense Moderna se está diluyendo a medida que se va superando la pandemia. No obstante, Rovi insistió en que llegará al máximo de capacidad instalada para cubrir la demanda de Moderna a finales de 2024, con un acuerdo estratégico que se mantendrá como mínimo unos 10 años, según la compañía controlada por la familia López-Belmonte.

La incertidumbre que planea sobre el negocio de la familia López-Belmonte ha marcado en los últimos meses la evolución de la cotizada madrileña en el IBEX 35, con una acción que ha pasado de los 22 euros antes de la pandemia -marzo de 2020- a un máximo de 73 a finales de 2021 ya cierre del mes de noviembre se movía en la cota de los 38 euros.

En los tres primeros meses de 2022, las ventas de fabricación a terceros crecieron un 49% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, situándose en los 267,9 millones de euros, principalmente por el registro de los ingresos relacionados con la producción de la vacuna contra la Covid-19, el registro de los ingresos relativos a las actividades desarrolladas para preparar la planta para la producción de la vacuna bajo el acuerdo con Moderna; y la reorientación de la estrategia de las actividades de fabricación a terceros hacia productos de más valor añadido.

Mientras, Rovi sigue potenciando sus especialidades farmacéuticas, cuyas ventas aumentaron un 9% desde enero. Las ventas de heparinas representaron el 35% de los ingresos operativos en los nueve primeros meses de 2022, frente al 39% en los nueve primeros meses de 2021. Las ventas del biosimilar de enoxaparina aumentaron un 33% en los nueve primeros meses de 2022 respecto del mismo período del ejercicio 2021, hasta los 119,2 millones de euros. Las ventas de los productos farmacéuticos con prescripción crecieron un 8% hasta alcanzar los 277,2 millones de euros en los nueve primeros meses de 2022, por el tirón de Vytorin, Orvatez y Absorcol aumentaron un 17%; un 12% las ventas de Volutsa y un 4% las de Neparvis.

El pasado mes de octubre, Laboratorios Rovi anunció una inversión de 40 millones de euros para construir una planta de producción de compuestos para el autoabastecimiento de heparinas, en Fraga (Huesca). Para este proyecto ha constituido la joint-venture Glicopepton Biotech, de la que controla el 51% juntamente con Càrniques Celrà y Grupo Empresarial Costa. El proyecto supone un paso más en la integración vertical del negocio de la farmacéutica y creará alrededor de una treintena de empleos directos y se desarrollará en los próximos cuatro años. Rovi dispone de capacidad de producción interna para transformar la heparina cruda en heparina sódica y cuenta con ampliar esta capacidad mediante la construcción, ya en marcha, de una nueva línea de producción de heparina sódica con el objetivo de estar presente en todas las fases de fabricación de las heparinas de bajo peso molecular. Tras el anuncio de la operación, Juan López-Belmonte Encina, presidente y consejero delegado de Rovi, destacó “la importancia estratégica para España de un proyecto de estas características, ya que proporciona capacidad de autoabastecerse en la obtención de una materia prima que es indispensable para la producción de un medicamento esencial como las heparinas".