Repsol, como nuevo accionista único, mantendrá la marca Petrocat en Catalunya. El grupo petroquímico que controla la totalidad de la compañía gestionará bajo la misma enseña la red de gasolineras repartida por el territorio catalán, con especial presencia en la provincia de Barcelona. El grupo que preside Antonio Brufau no prevé alterar el ADN de la marca que, hasta el pasado mes de mayo, tenía un 5,06% del capital en manos del Govern catalán, a través de la empresa pública Avançsa, según fuentes de la compañía.

La plena gestión de Repsol no distará mucho de las responsabilidades que ya ejercía el grupo desde que, en 2014, obtuvo el control del 90% de Petrocat, dejando un 10% en poder de la Generalitat, pero posteriormente llegó al 94,94%. Como administrador único, la petroquímica seguirá analizando las necesidades el mercado catalán y velará por la adecuación de la red de 41 estaciones de servicio Petrocat, 10 de las cuales están en puertos deportivos (cuatro en la provincia de Barcelona, ​​tres en la de Girona y los tres restantes en la de Tarragona). Otra parte del negocio de Petrocat proviene de la venta directa de gasóleo para calefacción a particulares, que suministra desde 20 centros de distribución (14 propios y seis de distribuidores oficiales). La red de Petrocat forma parte de las 376 estaciones de servicios que Repsol posee en Catalunya, más de la mitad de las cuales están en Barcelona y su área de influencia. En la actualidad, el grupo está examinando la red y sus ubicaciones, pero todo apunta que no realizará cambios sustanciales en su estructura, al menos a corto plazo, según indican las mismas fuentes. La plantilla de Petrocat está compuesta por unos 220 trabajadores, con datos del ejercicio de 2021.

Con la operación de compra del porcentaje de la Generalitat -por la que podría haber pagado unos 700.000 euros-, Repsol se adueña de una empresa que facturó 186 millones de euros en 2021 -los últimos datos disponibles-, con un incremento del 26,7% sobre 2020, pero registró un descenso del 45% en las ganancias que por tercer año consecutivo fueron positivas, pero que se quedaron en casi 624.000 euros. El ebitda se situó en 2,28 millones en 2021, por debajo de los 3,24 millones del año precedente, mientras que la ratio de endeudamiento se redujo al 36,24%. El volumen de negocio actual queda lejos de los mejores años de la compañía, cuando en 2018 llegó a facturar 260 millones de euros.

La empresa Petrocat (Societat Catalana de Petrolis) participa en el sector energético desde que la Generalitat la constituyó en 1987 como empresa pública, ​​con el objeto de distribuir y comercializar todo tipo de productos petrolíferos y sus derivados en todo el territorio catalán. No obstante, en 1995, decidió vender la compañía a partes iguales a Repsol y Cepsa, y quedarse con el control de un 10%. Esta estructura accionarial se mantuvo hasta que, en 2014, Repsol adquirió las acciones de Cepsa, en un momento complejo para la marca que declaraba pérdidas de ocho millones de euros. La operación pasó factura a la dimensión de Petrocat, puesto que la autoridad de la competencia obligó a vender 23 de las 59 estaciones de servicio que operaban con esta enseña. El Govern, en aquel entonces dirigido por Artur Mas, mantuvo la participación minoritaria para que la marca no desapareciese.