Con el acecho del nuevo impuesto sobre los ingresos extraordinarios de las grandes energéticas que ya ha aprobado el Congreso de los Diputados, los negocios de la petrolera Repsol se acercan al cierre del ejercicio con un balance más que favorable. Al final del tercer trimestre del año, la compañía ganaba 3.222 millones de euros, un 66,2% más que en el mismo periodo de 2021, gracias al alza de precios de los hidrocarburos, y un negocio que casi se triplicó (194,2%) alcanzando los 4.564 millones.

Un 60% de la actividad de la petrolera se realizó en mercados internacionales, en concreto en el área de exploración y producción de hidrocarburos (upstream), que obtuvo un resultado de 2.431 millones de euros, de enero a septiembre. Cabe señalar que la compañía ha cerrado un acuerdo con EIG, sociedad estadounidense de inversión especializada en infraestructuras energéticas, para la venta del 25% de este negocio, por 4.850 millones de euros.

La buena marcha del negocio ha permitido compensar parcialmente las pérdidas que tuvo en 2019 y 2020, de más de 7.100 millones de euros -derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de los impactos por la pandemia de la Covid-19-, aunque para finiquitarlas debería saldarse también con ganancias significativas el último trimestre del año. A su vez, la firma que preside Antoni Brufau ha reducido la deuda en un 65%, gracias a la fuerte generación de caja operativa, pasando de los 5.762 millones contabilizados en enero a unos 2.181 millones a cierre de septiembre.

La cotizada mantendrá su política de retribución al accionista que también sacará tajada de la evolución de la actividad petrolera, con un aumento del 11% en los dividendos con cargo a 2022, hasta los 0,70 euros brutos por acción. Por un lado, con el reparto de 0,35 euros brutos por acción el próximo mes de enero, al tiempo que el consejo de administración propondrá a su junta general ordinaria de accionistas del próximo año un pago complementario de otros 0,35 euros brutos por acción. Asimismo, el grupo anticipará en tres años su objetivo de recompra y amortización de acciones, estando previsto alcanzar a finales de este ejercicio los 200 millones de títulos amortizados establecidos para todo el periodo 2021-2025. Para ello, la energética pondrá en marcha un nuevo programa de recompra que le permitirá amortizar los 50 millones de acciones que quedan para lograr este objetivo plurianual.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, destacó que en este ejercicio el grupo "ha dado pasos de gran relevancia para impulsar su transformación, su perfil multienergético y descarbonizado", destacando en este sentido las alianzas con socios estratégicos cerradas en los últimos meses para sus negocios de upstream y renovables como "fundamentales" para seguir avanzando en sus objetivos y potenciar áreas clave para la compañía.

Dentro del plan estratégico para la descarbonización, Repsol prevé alcanzar cero emisiones netas en 2050 y una reducción de emisiones del 75% en el periodo de 2016 a 2030. Repsol Renovables cuenta actualmente con una cartera de más de 1,6 GW de capacidad renovable instalada y está presente en España, Estados Unidos, Chile y Portugal.