Los salarios de los banqueros españoles no gustan a los inversores, de hecho, en las juntas de accionistas de BBVA y Sabadell han sido, como en años anteriores, los únicos puntos “conflictivos” en las votaciones. Pese a salir adelante, la política de remuneraciones de estas entidades ha sido la que más votos en contra o abstenciones ha registrado y se espera que en las juntas que celebran esta semana Santander y CaixaBank ocurra lo mismo, pues los asesores de voto consultados por ON ECONOMIA, también conocidos como ‘proxy advisor’ recomiendan no votar a favor o ven problemas.

Tanto en BBVA como en Banco Sabadell el informe de remuneraciones de los consejeros en 2022 obtuvo un 8% de votos en contra o abstenciones por parte de los accionistas mientras que el resto de propuestas salió adelante con casi el 100% de cuórum. En estos informes se recogen los salarios de la cúpula, por ejemplo el de Carlos Torres, que cobró el año pasado casi 8,3 millones de euros por presidir BBVA y el de Onur Genç, cuyo salario ascendió a 7,15 millones por su función como consejero delegado.

El informe de Sabadell, donde se muestra que Josep Oliu y César González-Bueno se repartieron más de 4 millones el año pasado -el presidente del banco recibió una remuneración total de 1,76 millones de euros en 2022 y el consejero delegado de 2,47 millones de euros- ha contado, sin embargo, con menos votos de castigo que el año anterior cuando se encontró con un 38% de accionistas en contra.

Las remuneraciones de los banqueros españoles están entre las más altas de Europa, lo que ha provocado críticas no solo entre los accionistas, también por parte del Gobierno español y la sociedad en general, sobre todo entre 2020 y 2021 cuando muchas entidades negociaban despidos para recortar costes. Este 2023, los salarios también están en el punto de mira.

De hecho, el ‘proxy’ español Corporance recomienda a sus accionistas votar en contra de la nueva política de remuneraciones de CaixaBank en la Junta que celebrará el viernes 31 de marzo en Valencia. El banco catalán propondrá un aumento del 5% de la remuneración fija de todos los consejeros, además del presidente y CEO, que ya el año pasado cobraron de manera conjunta 6 millones de euros. En concreto, José Ignacio Goirigolzarri, percibió una retribución de 2,1 millones de euros el año pasado y el número dos, Gonzalo Gortázar, otros 3,9 millones de euros.

Corporance justifica que los salarios estarán por encima de mercado y se opone también a la nueva propuesta de CaixaBank de aprobar un nivel máximo de remuneración variable del 200% de los componentes fijos para consejeros ejecutivos y otros directivos. Aseguran que la remuneración fija de los ejecutivos “se sitúa considerablemente por encima del mercado” y consideran que el tope del 200% “es excesivo”. El asesor de voto indica que las nuevas cuantías superan la mediana de sus homólogos europeos y españoles, por lo que se oponen a que salga adelante.

El mayor ‘proxy advisor’ del mundo, Institutional Shareholder Services (ISS), aprueba las remuneraciones de la cúpula de Banco Santander pero ve “preocupaciones”. En su informe indica que los niveles salariales de la presidenta, Ana Botín, se encuentran muy por encima de sus pares (BBVA, Barclays, BNP Paribas o HSBC) si bien, el año pasado percibió un salario superior a los 11 millones de euros. “La remuneración de la presidenta ya es 2,75 veces la mediana de los pares”, destacan, y en 2023, el incremento salarial será del 3% respecto al año anterior, recuerdan.

El Santander ya obtuvo el año pasado un 15% de votaciones en contra de su política de remuneraciones y este año puede seguir encontrando dificultades pues otro de los asesores de voto más relevantes, el 'proxy advisor' Glass Lewis asegura que sigue “preocupado” por los altos niveles de remuneración fija de los ejecutivos del banco.

Destacan el de Héctor Grisi, el nuevo consejero delegado, que tendrá un salario base un 18% superior al de su antecesor José Antonio Álvarez, entienden que dada su experiencia en el sector financiero y los cargos anteriores en el grupo, no debería ser un problema para los accionistas en este momento. Pero si llaman la atención sobre la subida salarial de la presidenta ejecutiva.

“Glass Lewis ve los aumentos salariales fijos altos con escepticismo, ya que dichos pagos no están directamente relacionados con el desempeño y pueden servir como muleta cuando el desempeño ha caído por debajo de las expectativas”. El proxy concluye que la estrategia de remuneración del Santander tiene “un importante margen de mejora” y cree que el banco debe tomar medidas para abordar estos problemas a su debido tiempo. Aunque de momento no los consideran lo suficientemente graves como para justificar votar en contra.