La inflación y la subida de tipos de interés empiezan a pasar factura en las empresas y hogares españoles. El número de créditos ICO que ha entrado en mora porque acumulan ya 90 días de impago se ha casi triplicado en el último año, según revela el Banco de España en su último informe de Estabilidad Financiera, en concreto, se han elevado en un 177% mientras que los dudosos (los que ya acumulan algún día de impago) también crecen casi un 30%. Asimismo, el supervisor alerta, dentro del segmento de hogares se observa un aumento moderado de los préstamos en vigilancia especial.

La banca divide en tres tipos los créditos que concede, en stage 1, fase 1 o fase normal, están las operaciones sin riesgo, en las que el deudor responde a sus pagos. Pasan a stage 2 los créditos con un incremento de riesgo significativo, principalmente porque ya acumulan algún impago (de estos se dice que están en vigilancia especial). Y finalmente acaban en stage 3 los morosos, los que ya acumulan casi tres meses de impagos.

Los bancos han arrastrado a la fase 3 más créditos ICO de los que le gustaría, de hecho, la morosidad de estos préstamos alcanza ya el 7,1% según las cifras aportados por el Banco de España, que destaca que durante el año pasado “empeoró su calidad crediticia”. El dato contrasta bastante, y de hecho es el doble del de la morosidad total de la banca, que cerró 2022 en niveles mínimos no vistos desde 2008 y solo en enero repuntó ligeramente hasta al 3,56%.

En 2022 la proporción de crédito con aval ICO calificada en vigilancia especial (stage 2) descendió un 0,8%, sin embargo, los activos dudosos (stage 3) aumentaron un 78,8% en el último año, detalla el supervisor. Los créditos ICO regaron de liquidez a las empresas españolas en lo peor de la pandemia e hicieron que miles de autónomos y pymes no desaparecieran aun cuando su actividad se redujo a cero, muy especialmente en el sector turístico.

Pero desde el principio, economistas y expertos advirtieron del problema que podría ocasionar que las compañías no se recuperaran a tiempo de la crisis sanitaria y no pudieran afrontar sus pagos, algo que empieza a notarse ahora. Pese a la exposición de la banca, que es quien prestó el dinero, el mayor riesgo lo asume el Estado, que avaló millones de operaciones en hasta un 80%. Mientras que las entidades asumieron entre un 20% y un 40% de riesgo en estos préstamos.

El Banco de España explica en su Informe de Estabilidad de Financiera que la fuerte subida de la morosidad de los créditos ICO (del 177% en un año) se debe a varias razones, por una parte está la débil situación financiera con la que afrontaron la pandemia algunas compañías y su lenta recuperación. Y por otra el saldo de la cartera, el importe de estas operaciones siguió bajando el año pasado (un 11%), lo que hace que la proporción de morosos suba.

“El volumen total de la cartera ICO disminuye porque se están haciendo amortizaciones, además es una cartera cerrada, no hay entradas, solo salidas”, explicaba Ángel Estrada, director de Estabilidad Financiera del BdE. “Por otra parte está la composición de esa cartera, que llegó a los sectores más afectados por la crisis, los más arriesgados. De hecho, los préstamos a hostelería y comercio tienen las tasas de dudosos más elevadas”, añadía.

Algunas medidas de índole fiscal y monetaria han contribuido a preservar la renta de las empresas desde entonces, pero el grado de protección no es completo y se ha producido un deterioro “más marcado” de la capacidad de pago en empresas más vulnerables. Sobre todo en 2022, un ejercicio marcado por una inflación récord y una rápida y abrupta subida de tipos de interés para contenerla.

Los hogares muestran signos de debilidad financiera

Por otra parte, el Banco de España destaca que las familias empiezan a mostrar signos de debilidad. Los activos dudosos de la banca continuaron descendiendo en 2022, y lo hicieron a mayor ritmo que en los años previos. Pero dentro del segmento de hogares, el supervisor observó una subida moderada de los préstamos en vigilancia especial (stage 2). “Es importante destacar que empezamos a ver un ligerísimo aumento”, apuntaba Estrada.

La banca ya vaticinó a principio de 2023 un repunte de la morosidad este año, aunque insisten en que de momento no se está notando. Las entidades empiezan este jueves a presentar resultados del primer trimestre y será en sus cuentas donde pueda comprobarse si los han impagos han empezado a subir o si se han mantenido estable.

El BdE también pone de relieve que el crédito ha empezado a contraerse, la banca ha encarecido el precio de las hipotecas y otros préstamos tras las subidas de tipos y además está siendo más estricta en la concesión de créditos para mantener controlada la mora. Pero también cae la demanda al tiempo que suben las amortizaciones de deuda, cada vez son más las familias que deciden limpiar su deuda o parte de ella ante la subida del precio del dinero.