La marca de congelados Maheso inicia un plan de expansión industrial que requerirá una inversión de 75 millones de euros hasta el 2030, para ampliar un 47% su capacidad productiva, y generar unos ingresos de 300 millones. Es decir, para doblar las ventas de 2023, que se situaron en 158 millones de euros. Para incrementar el volumen de productos elaborados, la compañía familiar catalana destinará 37 millones de euros -unos 5 millones anuales entre 2023 y 2030- a las instalaciones de Montcada i Reixac (Barcelona), de las cuales salen unos 19 millones de kilos de productos actualmente, para llegar a fabricar 23 millones de kilos. Mientras tanto, el próximo mes de septiembre está previsto que se inicie la construcción de una nueva fábrica en Garray (Soria), con una capacidad de 5 millones de kilos, que se especializará en congelados de valor añadido para el sector Horeca y doméstico, de los que se denominan snacking ready-to-oven y para airfryer -nuggets, churros o minicroquetas de verduras o queso-, con una inversión de 38 millones de euros, hasta el 2030. La compañía prevé contratar a 45 personas para su puesta en marcha en el 2026 y llegar a superar a los 80 empleados en el 2030. Actualmente, el grupo dispone de 700 empleados, la mitad de las cuales trabajan en Montcada.
La inversión en el área industrial y tecnológica se financiará con fondos propios y con préstamos bancarios, porque la empresa es "robusta" y "está poco endeudada", según han explicado sus directivos. Con esta manifestación, los directivos han alejado la idea de que la compañía esté buscando a un comprador, como se había planteado hace un tiempo. El proyecto global permitirá ganar flexibilidad, capacidad productiva y logística para consolidar la presencia de la marca Maheso en el mercado español y, sobre todo, llevar|traer su expansión internacional a un nuevo nivel, consolidando su presencia en Europa -especialmente en el Reino Unido, Francia y Portugal- y en los Estados Unidos, con marca de distribuidor. La elección de Soria tiene un sentido logístico: el 64% de las ventas se producen en el eje Barcelona-Madrid y además permitirá tener una buena conexión con el puerto de Bilbao, desde donde embarcan las exportaciones hacia uno de los principales mercados en el exterior como es el Reino Unido.
El consejero delegado del grupo y miembro de la segunda generación de los accionistas, David Aldea, ha explicado que un primer paso para este plan de expansión ha sido la compra, el enero pasado, de la distribuidora Iceberg 33, una empresa de Tortosa (Tarragona) con más de 25 años de experiencia en el sector. Esta compra ha permitido reforzar la red de distribución que configuraban hasta ahora las plataformas de Montcada, Madrid y Sevilla, para cubrir todo el territorio español y gestionar la exportación.
El director general de la compañía, Manuel Rojo, ha asegurado que los objetivos de facturación vendrán básicamente por el incremento de volumen, más que por precio, aunque ha admitido que la variedad de productos se ampliará hacia precocinados de más valor añadido. De las ventas actuales de 158 millones de euros, el grueso más importante con 98 millones (un 58%) se destina al segmento foodservice por el canal Horeca, un 23% a la distribución alimentaria -Mercadona, Carrefour, Aldi, Lidl o Bon Preu- y un 19% o un tercio de la producción proviene de la exportación. Para contentar la demanda del canal mayorista, la compañía también comercializa productos de terceros y fabrica marca blanca y de distribuidor. Desde los años 90, el grupo es fabricante y distribuidor al mismo tiempo, dos actividades que, según Aldea, son "diferentes y complementarias". "Es un mercado en crecimiento, ha dicho David Aldea, y, por lo tanto, el foodservice crecerá hasta los 260 millones en cinco años". El año pasado la empresa alcanzó un resultado operativo (ebitda) de 18,5 millones de euros.
Con respecto a la exportación, ha adelantado que prevén pasar de los 30 a los 80 millones de euros en ventas en el 2030, consolidando los 35 mercados donde ya están presentes. Los Estados Unidos y Japón tienen un gran potencial de crecimiento, ha dicho Rojo, y ha escenificado que el producto que más se vende a Japón son los churros congelados y que ahora "apostamos por Corea del Sur", además de introducir "nuevas variedades como los churros de patata" que Maheso presentó en la última edición de Alimentaría 2024, en Barcelona. La compañía vende 410.000 churros diarios por todo el mundo. En general, los alimentos más vendidos son la pasta -canelones y lasaña-, con 5.600 toneladas; seguido de los churros, con 4.800 toneladas; de las 'porras', con 3.700, y el resto son diferentes precocinados cárnicos.
El empuje y el ir y volver de tres familias
Maheso nació en 1978 como una empresa familiar y así se mantiene en la actualidad. Surgió de un negocio familiar del barrio de Sant Andreu por iniciativa de las familias Martínez, Aldea-Hernández y Soler, con cuyas iniciales se formó 'Maheso'. Eran tres cuñados de una misma familia. Su actividad se centraba entonces en la fabricación de productos frescos, principalmente canelones y croquetas para pequeños comercios. En 1984 inicia la producción de alimentos congelados y en 1989 construye su actual factoría en Montcada i Reixac.
La historia familiar amaga el ir y venir de los fundadores, ya que durante unos años se dio entrada al capital a la compañía luxemburguesa Ibersurgel, con una participación del entorno del 26%. Un porcentaje que los mismos accionistas compraron de nuevo en 2006. En la actualidad, el capital pertenece a las familias Martínez (36,6%), Soler (36,6%) y Aldea-Hernández (26,8%).
"A lo largo de toda nuestra historia, en Maheso nos hemos caracterizado por la innovación en los procesos de fabricación y los productos", ha insistido el consejero delegado David Aldea, y ha corroborado el presidente del grupo, Josep Soler, en un encuentro con medios de comunicación este martes. Fuimos la primera empresa a aplicar el proceso de olla de cocción y enfriamiento en continuo, en 1982, y al superar las dos toneladas / hora de producción en una sola línea. Además, desarrollamos tecnología propia para fabricar nuestros productos, como las máquinas para producir churros lazo, han insistido. También lanzaron en el mercado productos de éxito, como las minicroquetas o los mahesitos, en 1982, gracias al desarrollo de una tecnología propia. Fabricaron vegetales en tempura, en 1990, e introdujeron los nuggets en el mercado español. En 1995 ya se contaba con la línea mayor de producción de canelones y lasañas.