La irrupción del fondo saudí STC en el capital de Telefónica el pasado mes de septiembre pilló por sorpresa a la propia compañía, al resto de grandes accionistas e incluso al Gobierno, quien estudia ahora imponer algún tipo de condición al ser considerada una empresa estratégica para el país. "La entrada anunciada de manera sorpresiva para un país como España no es siempre la mejor manera de entrar", advertía este lunes Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, en un encuentro financiero. 

CaixaBank es accionista de referencia de Telefónica, donde posee un 3,5% de capital. De hecho, junto a BBVA y BlackRock, eran los tres principales accionistas de la operadora hasta que Saudi Telecom Company (STC) adquirió el 9,9% en una operación valorada en más de 2.000 millones de euros que ha generado bastante polémica tanto en el sector empresarial como político. Isidre Fainé, presidente de La Caixa, es también vicepresidente de la operadora y forma parte del consejo de administración, pero hasta la fecha ni Fainé, ni ningún directivo del banco se había pronunciado públicamente sobre esta operación.

Hasta que finalmente, este lunes, el CEO de CaixaBank ha dejado claro que en opinión del banco esta no era "la mejor manera de entrar" y que además, la operación ha generado "polvareda". Gortázar cree que "atraer capital extranjero a empresas españolas es una buena noticia", aunque recordaba que hay una normativa para hacerlo, y que el Gobierno español ahora debe estudiar si se han seguido los pasos y tener en cuenta los intereses estratégicos. "Hay que dejarle hacer su trabajo".

Aunque ello, insistía, no significa que se deba "evitar que entre capital extranjero". A su juicio, la entrada de capital extranjero hay que verla "con buenos ojos", pues en el caso de Telefónica supone que el fondo STC ha observado que la compañía está en buen estado y que, además, ve posibilidades de crecimiento. Y eso se debe recoger en "positivo". En cuanto al conjunto de la operación, reiteraba, que se debe dejar al Gobierno y al consejo de administración de Telefónica "valorarlo".

La normativa española sobre inversiones extranjeras en empresas cotizadas estratégicas establece que, para superar el 5% en Telefónica (con gran presencia en el sector de la defensa nacional) el grupo saudí necesita que el Ejecutivo dé luz verde a la operación. La operación, por tanto, aún está pendiente de la autorización del Ministerio de Defensa, pero la ministra, Margarita Robles, ha confirmado en varias ocasiones que de momento no hay una petición formal al respecto. La adquisición se hizo a través del banco de inversiones Morgan Stanley, y la operación se formalizó mediante la compra del 4,9% de las acciones, y el 5% de instrumentos financieros.

Desde que se notificó la adquisición el pasado 5 de septiembre, el presidente y el consejero delegado de Telefónica se han reunido dos veces con el fondo saudí, tal y como reveló José María Álvarez-Pallete y Ángel Vilá en el último consejo de administración de la compañía. El primer encuentro tuvo lugar en Riad al día siguiente de anunciarse la irrupción de STC en el accionariado de Telefónica y el segundo encuentro se produjo en el marco de un acto en Estados Unidos organizado por la GSMA (la patronal mundial de la industria móvil) el pasado 18 de septiembre.