A tan solo unas horas de que Grifols presente la auditoría de sus cuentas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, tres de sus consejeros, Thomas Glanzmann, Raimon Grifols y Tomàs Dagà, han comprado un total de 182.000 acciones por valor de 1,2 millones, a la espera de un rebote con las cuentas auditadas. Intentan, así, mostrar fortaleza ante los mercados, un gesto de "confianza en la empresa", apuntan fuentes de la compañía, y para replicar a los constantes ataques bajistas de Gotham City Research y otras firmas oportunistas. 

La farmacéutica catalana, especializada en productos a partir de plasma, vive sus días más agitados desde que el 8 de enero Gotham City Research cuestionara sus últimas cuentas y asegurara que las acciones de la empresa tenían un coste igual a cero. La situación empeoró aún más cuando, el pasado 29 de febrero, Grifols presentó unas cuentas sin auditar. 

El pasado 8 de enero, las acciones de la empresa valían 14,24 euros y al cierre del mercado de este jueves están a 6,93 euros, un 50% menos, su valor más bajo al menos en los últimos cinco años. 

El presidente de la empresa, Thomas Glanzmann, ha gastado 352.560 euros en comprar 52.000 acciones de la empresa, que se compraron a un precio medio de 6,78 euros durante el jueves. 

El consejero y nieto de los fundadores, Raimon Grifols, ha comprado 30.000 acciones a 6,55 euros de media, lo que da un total de 196.500 euros invertidos. 

Y, por último, el consejero y abogado de confianza de la familia, Tomàs Dagà, ha invertido 660.000 euros en 100.000 acciones, a 6,60 euros.