En una jugada financiera de gran envergadura, CaixaBank ha puesto en marcha este lunes un complejo proceso de reestructuración de su capital híbrido. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha lanzado una oferta de recompra en efectivo de participaciones preferentes por un importe nominal de 414,4 millones de euros, al tiempo que ha anunciado su intención de emitir nuevos instrumentos de características similares. El movimiento, comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), está directamente orientado a inversores institucionales y sigue el patrón de otras operaciones recientes del sector bancario europeo.

La ventana para que los tenedores de estas preferentes acepten la oferta se ha abierto este mismo 15 de septiembre y se extenderá hasta las 17:00 horas del próximo 22 de septiembre. Los incentivos para la aceptación son claros: CaixaBank ofrece un precio del 101,2% del valor nominal de los títulos, lo que supone una prima sobre su precio de adquisición. Además, la entidad honrará un tipo de interés del 5,25% hasta la primera fecha posible de amortización anticipada, establecida para el 23 de marzo de 2026.

Esta operación no es un simple gesto de buena voluntad, sino una calculada decisión financiera. Al recomprar estos instrumentos, que probablemente fueron emitidos con cupones más elevados en el pasado, el banco se libera de una obligación de pago onerosa en un momento en que los tipos de interés de mercado han subido sustancialmente. El anuncio simultáneo de una nueva emisión de participaciones preferentes perpetuas no acumulativas y convertibles (con nominales unitarios de 200.000 euros) desvela la estrategia completa: se trata de un canje o swap de capital.

-Limpieza del balance. La recompra permite al banco retirar de circulación instrumentos antiguos, costosos y potencialmente más restrictivos desde el punto de vista regulatorio.

-Emisión en condiciones actuales. La nueva emisión se realizará bajo las condiciones de mercado vigentes y la actual normativa regulatoria (MIFID II), mucho más estricta en la protección del inversor. Esto implica que irá dirigida casi en exclusiva a inversores institucionales cualificados, que comprenden plenamente el riesgo de estos productos híbridos, cuyo cupón puede no pagarse si la entidad atraviesa dificultades.

CaixaBank insiste que la operación obedece al interés de "gestionar proactivamente la base de capital", una fórmula que en la jerga financiera significa optimizar la estructura de financiación para reducir su coste medio y fortalecer los ratios de capital, como el CET1 Fully Loaded.

La operación de CaixaBank no es aislada. El actual ciclo de tipos de interés más altos tras las subidas del BCE está impulsando a los grandes bancos europeos a reestructurar su deuda híbrida y preferente. Emitidas en una era de tipos bajos, muchas de estas obligaciones se han vuelto ahora muy caras para las entidades emisoras. Canjear deuda cara por deuda potencialmente más barata (o con condiciones más favorables) es una estrategia lógica para mejorar la cuenta de resultados.

Este tipo de noticias evocan inevitablemente la crisis de las preferentes que afectó a decenas de miles de pequeños ahorradores en España tras el estallido de la crisis financiera de 2008. Aquellos productos, vendidos masivamente como depósitos superseguros a clientes minoristas sin comprensión del riesgo, provocaron graves pérdidas patrimoniales y una profunda crisis de confianza. Sin embargo, la operación actual de CaixaBank se sitúa en un paradigma radicalmente diferente.

La normativa MIFID II exige ahora tests de idoneidad y complejidad extremadamente rigurosos, lo que prácticamente ha eliminado la venta de estos productos complejos y de alto riesgo al pequeño ahorrador. La nueva emisión, con tramos de 200.000 euros por título, confirma que el objetivo son únicamente grandes inversores, fondos de inversión y compañías de seguros, actores con la capacidad analítica para asumir y valorar estos riesgos.

Los analistas consultados ven el movimiento con buenos ojos. "Es una operación de saneamiento financiero clásica. CaixaBank se aprovecha de su solvencia y de la fortaleza de su balance para sustituir deuda cara por deuda más barata, lo que debería traducirse en un ahorro de costes financieros a medio plazo y, por tanto, en una mejora de su rentabilidad", comenta un experto del sector.

 El mercado estará ahora atento al desarrollo de la operación y, sobre todo, a los términos exactos (cupón y precio de emisión) de las nuevas preferentes, que servirán como termómetro del apetito del mercado institucional por el riesgo y de la confianza en la solidez de CaixaBank.