La Asociación de Elaboradores de Cava, Aecava, ha diseñado el plan director de las actuaciones que quiere llevar a cabo en los próximos dos años para que el sector aumente su prestigio dentro y fuera de Catalunya. Para poder desarrollar esta tarea, "determinando para el futuro de un sector con retos importantes en frente", es imprescindible saber y hacer saber el significado y el impacto del sector, para lo cual, la patronal ha decidido crear un observatorio que será el encargado de cifrar el peso socioeconómico del sector, en su conjunto. El presidente de la organización, Joaquim Tosas, expone que la actividad de los cavistas y de toda la cadena de valor de la producción se tiene que hacer valer porque es un sector que aporta mucho a la sociedad y que hay que difundir "qué peso tenemos en la economía, en el PIB del territorio, qué número de familias dependen de este negocio directo e indirectamente, o como es de importante nuestro papel en el sector exportador catalán y español". El cava "es importante dentro del panorama vitivinícola catalán, porque supone el 60% del volumen y el 65% del valor; además de ser uno de los principales exportadores con el 50% del volumen y el 55% del valor del negocio en el exterior", recuerda Tosas.

Conocer el peso socioeconómico al detalle será una herramienta para mejorar la reputación del cava y, por lo tanto, para incrementar los rendimientos económicos de toda la cadena de valor en esta actividad que aglutina de pequeñas a grandes empresas, pero con una característica determinante: es un sector ultra atomizado, recuerda Tosas. Para conseguir este objetivo, la patronal propone generar un documento único compartido con la DO Cava, donde se establecerán los indicadores clave de éxito y las fuentes de medida. En esta tarea se trabaja con el Consejo Regulador de la DO Cava, donde la patronal tiene seis vocales. Asimismo, se propone crear un comité de seguimiento del plan estratégico formado por profesionales de perfil técnico, financiero y comercial. La asociación agrupa 80 empresas que representan el 80% del volumen del sector y el 90% del valor del negocio.

El plan director de Aecava -aprobado en la última asamblea de la patronal- también incide al velar por la competitividad de las empresas elaboradoras de cava, por medio de la colaboración entre las empresas en beneficio de todo el mundo, "porque la competencia se tiene que hacer en el mercado, pero los retos de futuro se tienen que combatir de forma conjunta", ha recalcado Tosas, al mismo tiempo director general del grupo Sumarroca. Asimismo, se proponen medidas como la agrupación de necesidades puntuales de compras de materias y material y la creación de canales específicos para vertebrar propuestas vinculadas a la innovación, la sostenibilidad y la digitalización.

Temas como la sostenibilidad, el cambio climático, la sequía, "se tienen que resolver de manera conjunta entre todos los actores del sector", pero también con entidades específicas, centros de investigación, universidades, escuelas de negocios... "Nos hemos marcado una agenda de trabajo con contactos continuos con diferentes actores para tratar temáticas clave de la asociación", comenta e insiste en el rol representativo de la patronal, "en el papel de lobby, que quizás habría que hacer más intensamente, en concreto ante las administraciones públicas" y de aquellos que toman las decisiones, es decir las formaciones políticas, en materias como el suelo agrícola o los sistemas hídricos, entre otros.

El presidente de Aecava también augura que la asociación "crecerá en número de socios" y aboga por fomentar la unión dentro del sector porque, a pesar de los diferentes modelos de negocio, "hay más cosas que nos unen que nos separan", ya que el cava "forma parte del territorio y de su manera de hacer". Por eso, hay que cuidar de "la materia prima: la viña" y se tiene que hacer velando por el medio ambiente y la sostenibilidad. A la patronal tienen equipos de trabajo de carácter técnico y de la vertiente vitivinícola, formados por expertos de las empresas, que analizan y ponen en común las actuaciones que se pueden llevar a cabo en diferentes áreas de la producción, para mejorarla.

En el 2023 se presenta "bien" para el sector, después de los miedos con que se inició la añada por el episodio de sequía. Pero después de un mes de mayo, "que ha llovido lo que hacía falta, lo que venía siendo normal en otros años", y si el clima también se comporta en agosto con lluvias regulares, "podremos cerrar la campaña con una reducción de la cosecha de entre el 30% o el 35% sobre los volúmenes de los últimos seis años", avisa Tosas, quien reconoce que comercialmente los últimos años han sido "muy buenos". "Estamos viendo una viña que está sanitariamente bien, tiene buena salud, y hará que la calidad sea buena, aunque se reducirá el volumen", concreta. Con respecto a la evolución de los precios, el presidente de Aecava insiste en el hecho de que hay que crecer por valor promedio del producto, no por volumen, y que hay que incidir en la expansión y comercialización de las gamas de más valor.