El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, cree que el sector bancario español, al igual que el del conjunto de la zona del euro, tiene una elevada capacidad de resistencia, con posiciones de capital y de liquidez sólidas, para afrontar escenarios de incertidumbre como la invasión de Ucrania por parte de Rusia el año pasado o más recientemente, las tensiones en los mercados financieros derivadas de las dificultades en algunos bancos regionales de Estados Unidos y en Credit Suisse.

En una carta publicada en la Memoria de Supervisión de 2022, el gobernador reconoce que los últimos acontecimientos han contribuido a elevar el nivel de incertidumbre, pero las decisiones, “rápidas y contundentes”, adoptadas por las autoridades de Estados Unidos y de Suiza han sido “fundamentales” para asegurar la estabilidad financiera y restablecer unas condiciones de mercado adecuadas.

Pese a todo, la incertidumbre del contexto macrofinanciero puede generar un incremento persistente del coste de financiación de las entidades. Además, el incremento de los costes, unido al impacto en la renta disponible de hogares y de empresas por efecto de la inflación, puede también afectar negativamente a su capacidad de pago, sobre todo en el caso de los segmentos más vulnerables, caracterizados por sus bajos niveles de renta, su dependencia de los productos energéticos y alimentarios, y, en algunos casos, su elevado nivel de endeudamiento.

El deterioro macroeconómico no se ha reflejado de momento en términos de calidad crediticia y los ratios de morosidad han seguido descendiendo a lo largo de 2022 pese a la finalización de los programas de moratorias, pero el Banco de España teme que la situación se complique y pide al sector que adopte una posición prudente y aproveche el incremento de rentabilidad actual para reforzar su resiliencia, mediante una adecuada política de capitalización de beneficios y realizando provisiones para futuras insolvencias.

También indica que una de las prioridades del Banco de España es proteger a los clientes más vulnerables, así que este 2023 la supervisión de conducta prestará “especial atención” a la actuación de las entidades en el marco de las medidas aprobadas para aliviar el impacto de la subida de los tipos en préstamos hipotecarios sobre vivienda habitual. Es decir, el Código de Buenas Prácticas firmado por el Gobierno español y la banca, dirigido a aquellas personas con hipotecas variables que se están viendo más afectadas por la subida del Euríbor. 

También en la 'Memoria de Supervisión de 2022' publicada este martes, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, no descarta que las empresas y las familias terminen acusando los efectos de este escenario marcado por la subida de tipos de interés, endurecimiento de las condiciones financieras, elevada inflación e incertidumbre económica, y que, por lo tanto, este afecte a su capacidad de pago. Dado el contexto, pide a los bancos extremar la prudencia a la hora de cuantificar los impactos negativos de rentas en empresas y familias y gestionar adecuadamente los riesgos asociados.

En cuanto a las subidas de tipos de interés, cree que podrían tener "efectos contrapuestos" en las cuentas de resultados de las entidades financieras. Por una parte, es previsible que haya una mejora del margen de intermediación porque los balances están favorablemente posicionados de cara a la repreciación de las carteras que están ligadas, por ejemplo, al Euríbor. 

Pero la subgobernadora, avisa, también habría que considerar los posibles efectos negativos tras la intensidad y la rapidez con que se han producido estas subidas de tipos, que pueden derivar en una ralentización económica que termine por afectar a la calidad de la inversión crediticia y generar la necesidad de incrementar las provisiones por insolvencias

Exposición de la banca española a Credit Suisse

En la presentación de la 'Memoria de Supervisión de 2022', fuentes del Banco de España han comentado que la exposición de las entidades españolas a Credit Suisse es muy marginal, la cantidad oscila entre los 300 y los 400 millones de euros contando todo tipo de operativa, por lo que el supervisor se muestra muy tranquilo al respecto, también con la crisis del Silicon Valley Bank (SVB), según recoge Efe. 

"Salvo que caiga la bomba atómica es muy difícil, por no decir casi imposible, que se pueda repetir en España lo que ha pasado en SVB" ya que el modelo de las entidades españolas es totalmente distinto, es de banca comercial, enfocado en los clientes minoristas y con una base de depósitos "muy estable". Es posible que con la subida de tipos de interés alguna entidad española tenga minusvalías en sus carteras de deuda, pero esto no es comparable con SVB porque "aquí hay liquidez". Antes de vender una cartera de deuda a vencimiento, las entidades tienen liquidez de la que tirar, han añadido.