La innovación, especialmente tecnológica, debe ser una de las soluciones al crecimiento de las necesidades del sector asistencial y de los cuidados, que crece cada vez más, a medida que crece también el envejecimiento de la población. El sector, sin embargo, alerta de que Catalunya pierde fuelle y de que se necesita más inversión en innovación y tecnología.

Esta ha sido una de las principales reclamaciones de Àngels Cobo, directora de la Oficina de Transformación Digital de Suara, Guillem Alenyà, director del instituto de Robótica e Informática Industrial (IRI-UPC) y promotor de LabORA, y Jordi Cabau, CTO de Group Saltó, en la mesa redonda *Innovación social y tecnológica para el envejecimiento*, que se ha celebrado este miércoles por la mañana en el marco de la jornada *El futuro del sector de los cuidados: retos, innovación y talento*, organizada por ON ECONOMIA y El Nacional, con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona y de la Fundación “la Caixa”.

Catalunya tiene un buen punto de partida en cuanto a soluciones tecnológicas para el cuidado de personas mayores y dependientes. Àngels Cobo ha explicado cómo Suara trabaja con sensórica, robótica y realidad virtual, y ha puesto algunos ejemplos: “Estamos creando una red social a través de la televisión y estamos creando una app para involucrar a la comunidad, las escaleras de vecinos, que ayuden al cuidado de las personas”. El objetivo final es, sobre todo, combatir la soledad de las personas mayores.

Guillem Alenyà ha cogido el hilo de la soledad y ha asegurado que “la gente quiere quedarse en su casa a vivir”, motivo por el cual “se tiene que generar tecnología que pueda hacer que la gente se pueda quedar un poco más en casa”. Además, ha añadido: “Lo que estamos haciendo en Catalunya en robótica es puntero. Lo que hacen Suara y Saltó de poner robots en hospitales no lo he visto en ningún lugar de Europa. Pero estamos perdiendo fuelle, porque Alemania se ha dado cuenta y ha hecho un centro de investigación”.

Jordi Cabau ha explicado que el grupo Saltó se dedica a la robótica asistencial en hospitales y ha reclamado una mayor apuesta: “Hay que seguir invirtiendo”. A pesar de que “en los últimos cinco años, Catalunya ha seguido una tendencia ascendente dentro de Europa”, tenemos que seguir haciéndolo, “viendo cómo lo hacen en el norte de Europa, aprendiendo de ello, y esto pasa por sistematizar, por cómo los sistemas de innovación trabajan juntos”. “Necesitamos el liderazgo de las entidades, que nos digan cómo deben ser estos cuidados en los hogares”, ha añadido.

La innovación, naturalmente, tiene límites. Los primeros, tecnológicos. Cobo ha explicado que muchas soluciones basadas en la sensórica después no son posibles porque “cuando vas a los hogares, el 90% no lo pueden hacer”, porque no son domóticos. “Cuando hablamos de robótica, primero deberíamos ser realistas sobre lo que queremos y podemos hacer”, ha agregado Alenyà. “A veces vemos un robot en la tele y pensamos que ya están hechos, pero hasta que pueden entrar en los hogares, son fiables y robustos y los profesionales pueden interactuar con ellos, hace mucho tiempo”, ha añadido.

También hay límites porque la tecnología no lo puede hacer todo. “La gente mayor tiene claro que un robot no puede sustituir a una persona, pero sí aceptan cierto tipo de autonomismo”, ha explicado Cabau. Pero hay cosas que sí, y más en el futuro, como “teleoperar un robot a distancia, para ganar tiempo en caso de una emergencia”.

“La tecnología no lo puede resolver todo, pero las personas tampoco lo podemos resolver todo. Tenemos que segmentar el problema y ver qué de valor nos puede aportar la tecnología, y no malpagar a una persona, y para qué necesitamos a una persona. Hay espacio para todo”, ha concluido Cobo.