Encontrar una habitación en un piso compartido a un precio razonable es misión imposible en las capitales de provincia. Barcelona, Madrid, San Sebastián… Los precios están por las nubes en todas las ciudades de España. Sin embargo, un reciente estudio elaborado por el portal inmobiliario Pisos.com, alerta: no se trata solo de grandes urbes. En algunos municipios se encuentran ya precios desorbitados y Sant Cugat del Vallès es un claro ejemplo de ello, pues se encuentra entre los cuatro municipios más caros para compartir piso con un precio medio superior a los 580 euros.

Entre las grandes, Barcelona sigue liderando el ranking de ciudades con los precios más elevados para alquilar una habitación con un precio medio de 623,14 euros. Pero el estudio de pisos.com destaca que compartir piso se ha convertido también en un lujo inasumible incluso fuera de las grandes ciudades. Ferran Font, portavoz y director de la plataforma indica que “lo más llamativo es que algunas de las localidades con los precios más elevados ni siquiera son capitales de provincia”.

Es el caso de Villanueva de la Cañada (646,50 euros) o Villaviciosa de Odón (625 euros), ambas en Madrid, o Bétera (620 euros) en Valencia. Pero la lista de los municipios más caros no termina aquí, le sigue Sant Cugat del Vallès (Barcelona) con 583,44 euros, siendo el cuarto con el alquiler por habitación más elevado en España. Cierran esta lista Pozuelo de Alarcón (Madrid) con 574 euros y Donostia - San Sebastián (Guipúzcoa) con 546,80 euros. "Todo ellos son ejemplos claros de esta realidad".

El informe apunta incluso a núcleos urbanos como L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con 539,21 euros o Badalona (Barcelona) con 533,85 euros, que superan ampliamente los 530 euros de media y se acercan peligrosamente al precio de Madrid (538,94 euros). “Esta realidad es aún más cruda si la comparamos con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijado en 1.134 euros mensuales en 2024".

Font alerta de que, "destinar más de 600 euros a una habitación en algunas de estas localidades supone más del 50% del salario de una persona, lo que dificulta enormemente la capacidad de ahorro y la estabilidad financiera de jóvenes y trabajadores”. "La elección de compartir, que antaño se veía como una opción asequible, hoy se ha convertido en una necesidad ineludible que, en muchos casos, apenas alivia la carga económica".

En general, la búsqueda de vivienda en España es, sin duda, una de las mayores preocupaciones para muchos ciudadanos, y esta problemática se extiende ya al alquiler de pisos completos o al mercado de habitaciones compartidas. Sin embargo, en el estudio se pone de relieve que mientras en localidades como Sant Pere de Ribes (Barcelona) superan los 540 euros, en Córdoba es posible encontrar opciones por alrededor de 250 euros.

Lo que demuestra que existe una brecha significativa y, en ocasiones, alarmante, entre los precios de las habitaciones en las diferentes localidades del país, evidenciando una realidad económica cada vez más polarizada.

Contrastes en el territorio español

Por fortuna, el panorama no es igual en todo el territorio. El estudio también destaca una serie de municipios donde el alquiler de una habitación es considerablemente más accesible. Algunos de los municipios más baratos para compartir habitación en España son Ontinyent (Valencia), con un precio medio de 187,22 euros; Ciudad Real con 189,07 euros; Ponferrada (León) con 203,19 euros y Huelva con 211,86 euros.

“Estos grandes desajustes demuestran que con el coste de una habitación en Barcelona (623,14 euros), se podrían alquilar más de tres en un municipio como Ontinyent (187,22 euros)”, asegura el portavoz del portal inmobiliario. Las disparidades de precios se manifiestan también entre capitales de provincia. Por ejemplo, mientras Barcelona, San Sebastián y Madrid encabezan la lista de las más caras, en el lado opuesto encontramos otras como Ciudad Real, Huelva, Palencia (235,71 euros) o Soria (248,50 euros) que ofrecen precios significativamente más económicos.

“Sin embargo, estos datos ponen de manifiesto la urgencia de abordar el problema del acceso a la vivienda desde múltiples perspectivas, considerando tanto la realidad de las grandes urbes como el potencial de las zonas menos pobladas para ofrecer alternativas de vida más sostenibles”, concluye Font.